Por Rogelio Rivera Melo.
El efecto del viento sobre el agua muestra el poder de lo invisible sobre el mundo. Hay que ser como el viento.
Incluso la más suave brisa causa ondas en el agua. No es necesario ser un huracán para crear o para destruir. Se gana más siendo sutil. Se como el viento que dibuja sobre los lagos.
Se como el viento que lanza olas sobre la costa. Poco a poco, esas olas consiguen que la piedra más dura se vuelva la arena más suave.
Con paciencia y constancia, lo invisible se manifiesta sobre lo visible.