Para muchos mexicanos, Rius fue una iniciación a la política, a las ciencias, a la salud y a todas esas cosas sobre que dibujó con sus malos trazos.

Portada de la revista «Los Agachados», Rius.
Nació en Michoacán, en 1934, como Eduardo Humberto del Río García, pero la mayoría de sus lectores lo conocíamos como «Rius».
Como muchos mexicanos de mi generación, gracias a sus libros y a sus dibujos aprendí a ser crítico de tantas cosas: el capitalismo, el cambio climático, el VIH, el racismo, la homofobia, la misoginia, la podredumbre de la política y la capacidad de poder enseñar a la gente a través de métodos no convencionales.
Cuando yo nací, sus libros ya estaban ahí en los libreros de la casa. Al empezar a explorar en los anaqueles, era obvio que me sentiría atraído por los dibujos que explicaban la vida, la muerte y todo lo intermedio. Aprendí a reírme – por no poder llorar – con los personajes de Los Agachados, Los Super Sabios y los «malos» trazos de los arquetipos del mexicano promedio (él decía que no sabía dibujar).
Y cuando salí al mundo, me di cuenta que los malos trazos de Rius eran un espejo casi perfecto de la realidad. Les juro que una vez tuve un jefe idéntico a Calzonzin Inspector (al deRius, no al de Arau).
Gracias a Rius, muchos mexicanos tuvieron un acercamiento – en algunas ocasiones fue una iniciación – a las ciencias, a las artes, a la salud, a la política y a no sé cuántas cosas más. Y es que el muy cabrón escribió de todo.
No se puede hacer menos que agradecerle. Gracias, Rius. Por tus malos dibujos y tu manera de enseñar a los mexicanos que no pueden soportar ver un libro «sin dibujitos».
El 8 de agosto de 2017, Rius se fue a pintar bigotes mexicanos a otro cielo. Partió de Tepoztlán, Morelos. Deja un gran vacío en la cultura popular mexicana, pero sus dibujos perduran. Y sus ideales para hacer de México un lugar mejor.
Si no lo conocen o quieren saber más de su obra, pueden entrar a su biblioteca en este link: http://rius.com.mx/
Ahí les encargo.
Mientras tanto, veremos.