«Tomar distancias por tiempos. Uno. Dos. Tres.»

Oímos esa frase todos los días, por 6 años. Una y otra vez. Y ahí estábamos todos, levantando los brazos y tocando el hombro del compañero de adelante. Sin problemas.
Hoy les dicen que tienen que tomar distancia y parece que les prenden un cuete en la rabadilla.
Ahí quieren andar de mueganos con cualquier otra persona que pueda andar virulenta.
Por eso andamos todos envirulándonos a diestra y siniestra.
Expandiendo la pandemia.
Y ya del cubrebocas ni hablamos.
Creo que ahora sí, con los datos arrojados sobre el comportamiento social en este pandémico momento, podemos iniciar un debate sobre la negativa de varios sectores, incluso países, para seguir órdenes seguir órdenes. Ni en defensa propia.
O cuestionar el sentido común de las personas.
Y no podemos hacer mucho para detener un brote de enfermedad cuando la voluntad popular no está alineada con el sentido de bienestar social. Ni con la ética ni la salud.
Lo que sí podemos hacer es, cuando se tope con uno de esos especímenes que por voluntad, no quiere ponerse cubrebocas, ni mantener la distancia de seguridad, ni establecer protocolos básicos para evitar cualquier tipo de males, es recordar esa voz que todos los días nos decía :
«Tomar distancias» Y no por tiempos. Ahora es en todo momento.
Veremos.
* * *
Texto: Rogelio Rivera Melo
Foto: Twitter @r_garay24
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