El 3 de enero de 2020, los bomberos australianos luchan por apagar la serie de incendios forestales más extensa en la historia de la Isla-Continente. El mismo día, pero en 1911, cuando Winston Churchill era el Secretario del Interior en el Reino Unido, también hubo un incendio en la Calle Sydney. Ese, intencionalmente, no fue apagado.

La Fuerza de Defensa Australiana proporciona apoyo a la población en la lucha contra el fuego en la New South Wales y Queensland, Australia.
Australia está en una emergencia nacional debido a los incendios forestales que se han desencadenado este verano – en el hemisferio sur, el verano es en la segunda parte del año.
Debido a la sequía, a las temperaturas extremas y a los fuertes vientos, el fuego se ha expandido a través de todos los estados de la isla.
Mientras que los bomberos, las fuerzas armadas y la población civil busca desesperadamente apagar las llamas, que ya se encuentran dentro de Sydney, la capital aussie, recordé la historia del fuego de la Calle Sydney de Londres, Inglaterra.
Ese, de manera intencional, no fue extinguido.

Vista de satélite de los incendios en Australia.
El 3 de enero de 1911, una casa en la calle Sydney del Mile End, en Londres, comenzó a arder. No fue un accidente. Fue un fuego iniciado desde el interior de la vivienda por un inmigrante letón conocido como «Pedro, el Pintor«, un ladrón que, días antes, había asesinado a dos policías metropolitanos londinenses.
Sabiendo que los bomberos en Londres tenían la orden de apagar los fuegos sin excepción, Pedro, lo provocó con la finalidad de distraer a los policías que tenían la casa rodeada y así poder escapar.
Lo que Pedro no tomó en cuenta es que a la escena llegó el Secretario del Interior, un tal Winston Leonard Spencer Churchill. Como encargado de supervisar el orden y el cumplimiento de la ley, Churchill tomó una decisión que marcaría una pauta a seguir en el Departamento de Policia Londinense. Cuando surgió una disputa entre el jefe de los bomberos y el jefe de la Policía en el lugar para apagar el fuego, Winston tomó parte en el asunto para dirimir la disputa:
Como escribió el propio Churchill en sus memorias: «Intervine para zanjar el asunto, ya que los ánimos se estaban calentando. Le dije al Jefe de la Brigada de Bomberos que, por mi autoridad como Secretario del Interior, la casa tenía la autorización para quemarse hasta los cimientos y que debía permanecer en alerta para evitar que la conflagración se extendiera».
Los cuerpos achicharrados de los ladrones fueron encontrados entre las ruinas del incendio. Una decisión controvertida pero incluso los policías de Londres dejaron de utilizar armas por varias décadas. El gobierno no apoyaría a los delincuentes.

Foto de Churchill durante el incendio de la Calle Sydney.
Los incendios en la otra Sydney, – la australiana – no van a apagarse pronto. Pero los esfuerzos de los bomberos cuentan con todo el apoyo del gobierno para su pronta extinción.
Estas dos historias demuestran que las transformaciones en el clima planetario y en el clima político sí tienen repercusiones.
Espero que los fuegos se apaguen pronto. De corazón.
Mientras tanto, veremos.
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Texto: Rogelio Rivera Melo.
Fotos: CNN, NOAA, y The Illustrated London News.
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