¿Quién es el rey de la selva? Depende a quién le preguntes.
Una mañana de diciembre, el león despertó sintiéndose excelente. No había nada que pudiera hacerlo sentir mal: era el macho alfa de la manada, el más poderoso de todos los animales, el rey de la selva.
Con andar orgulloso, mientras iba recorriendo los confines de su reino, su frondosa melena se agitaba al viento, los grandes músculos de sus patas se tensaban bajo la brillante piel. Quería que todos vieran lo bien que se sentía, que fueran testigos de su poderío.
Durante el recorrido se encontró con una manada de cebras. Los equinos alzaron la cabeza, atentas a sus movimientos. Sabían que una tendría que sacrificarse por las demás. Pero el león desde lejos les gritó: «¡Ey, ustedes! ¿Quién es el rey de todo esto?» La manada, al unísono, exclamó: «¡Tú lo eres, oh, gran rey!» Y el león, sonriente, continuó con su camino. Las cebras suspiraron aliviadas. Vivirían todas un día más.
Por el camino, el león se topó con un enorme oso hormiguero, con una serpiente pitón, con un búfalo y con varios de sus «súbditos». A cada uno preguntó quién era el rey del lugar. Todos, sin excepción, contestaron que él.
El león se sentía extasiado. En toda la historia de la selva no había habido un monarca como él, amado, alabado y reconocido por todos.
En un momento dado, nuestro monarca se encontró frente a frente con un gran elefante. «Oye, orejón. ¿Sabes tú quién es el soberano de todo ésto?» El paquidermo lo miró fijamente, sin contestar. El gran felino insistió: «¿Porqué no contestas, animal? ¿Sabes quién es el soberano del lugar?»
El elefante agachó la cabeza y estiró la trompa. Con ella atrapó la pata del león y lo levantó por los aires. Después de una o dos sacudidas, lo lanzó varios metros.
El rey, atontado y despeinado, se levantó como pudo. «Está bien. Está bien«, le dijo al elefante. «Si no sabías quién es el rey, solamente me lo hubieras dicho«.
La moraleja de esta fábula es que, en el gran esquema de las cosas, proclamarse rey no es garantía de serlo (aunque miles de animales así lo manifiesten).
Veremos
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