Por Rogelio Rivera Melo.
Siempre he mantenido la postura de que alguien realmente feliz no tendría que sentir añoranza por demasiadas cosas.
Me siento afortunado por contemplar la vida desde una posición en la que no añoro algo demasiado. En verdad estoy agradecido con la vida por lo que tengo en cada momento. Lo que hay, siempre ha sido más de lo que tuve. Soy feliz.
Aunque a veces extraño mucho las profundas pláticas que tenía con mi abuela Josefina cuando caminábamos por la playa al amanecer.
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Este texto fue escrito en el marco del reto de Escritura Creativa del Reto del Mes: Septiembre.