¿De qué viven los dioses cuando nadie los recuerda?

¿Cuántos dioses han pasado por el mundo desde el inicio del tiempo? ¿Qué ha sido de los dioses de antaño, ahora olvidados por la gente? ¿Cuántos de ellos eligen morir cuando la creencia en ellos y los ritos en su honor ya no son populares?
Esa es la premisa de American Gods.
Los dioses – como las ideas – se mantienen con vida por la fe que la gente tiene en ellos. Actualmente el fervor hacia las deidades religiosas se desplaza hacia otros rumbos: la adoración a cosas inmateriales, que se vuelven tangibles por la fe y la creencia que miles de personas tienen en ellas.
Cada vez más gente cree en la santísima palabra de Google como mesías universal de la verdad absoluta. Hay adoradores de la diosa Apple, hay quienes pagan su tributo diario al dios Facebook, quienes realizan un sacrificio al diosa Selfie, mientras que dioses otrora poderosos como la diosa Televisión están quedando en el olvido gracias al dios Internet.
¿Qué tan satisfechos están las viejas divinidades con los nuevos ídolos populares? ¿Serían capaces de ir a la guerra en el mundo material, el humano, para recuperar la preeminencia y la adoración y la fuerza y el poder?
¿Qué harían Odín, Thot, Anansi, Loki, Anubis, Medusa y los miles de millones de dioses que han existido en todos los rincones de la tierra a través de la historia, para recuperar su feudo en un lugar en el que los dioses antiguos no tienen cabida?
Y es que, como dice el refrán, «Santo que no es visto, no es adorado«.
¿Quién es el dios más poderoso del planeta en este momento? ¿Jesús, el dios dinero, el dios poder, el dios sexo, el dios internet, Vladimir Putin, las deidades drogas y alcohol?
Y tú ¿en qué pones tu fe todos los días? Vale la pena reflexionar sobre el tema.
En American Gods, en medio de un trance de vida o muerte, el protagonista pide consejo a
Zorya Polunochnaya – la estrella de la media noche.
– Todas tus preguntas pueden ser contestadas, si eso es lo que quieres. Pero una vez que conozcas las respuestas, jamás podrás olvidarlas.
«¿Qué camino debo tomar?», preguntó Shadow. «¿Cuál es el más seguro?»
– «Si eliges uno, no podrás tomar el otro», contestó ella. «Pero ninguno es seguro. ¿Cuál prefieres – el camino de las verdades difíciles o el de las mentiras piadosas?»
– «El de las verdades. He venido demasiado lejos para obtener más mentiras«.
Y es que no cualquiera soporta la verdad.
Veremos.
——
Texto y fotografía por Rogelio Rivera Melo
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