Este es el primer misterio sin resolver de 2018. Y estoy respirando como me enseñaron en mis clases de meditación trascendental para no ponerme loco por haber perdido una llave.
Hace años que no perdía una pieza de herramienta…
Puedo jactarme de ser cuidadoso con el equipo que utilizo para trabajar. No me puedo dar el lujo de andar por la vida perdiendo piezas de esas que uso en lo que hago. Pero hoy utilicé una llave Stilson para drenar un depósito de agua y no la encuentro.
Todo se realizó conforme al procedimiento: Cierre de llave de paso. Cinco vueltas completas a la derecha y el tapón salió sin problema. Limpieza y drenado. Colocación de la tapa en su lugar y sellado del depósito con las cinco vueltas a la izquierda usando una flamante llave Stilson nueva. Yo mismo la saqué del paquete.
Luego, intenté verificar la válvula de vacío en la parte superior del depósito. Como no alcanzaba a llegar hasta la altura de la válvula, pedí que me acercaran un banquillo. Me subí a él y completé el proceso sin mayor novedad.
Pero a la hora de guardar toda la herramienta no encontré la llave Stilson.
Créanme que la busqué por todos lados. Arriba del depósito, adentro del mismo, abajo – en el piso y la base del tanque. Y nada. Simplemente no apareció.
No hay nada más frustrante que tener algo junto a ti y que cuando vuelvas a mirar ya no esté.
Repasé mentalmente todo el proceso. Desde el inicio hasta el final. Pero no. La llave fue usada en el momento oportuno y nada más.
Le pregunté a todos los que pudieron tener contacto con la herramienta mientras yo estaba trabajando. Y nadie la vio. Es más, nadie se acercó al lugar. ¿Creen en los fantasmas? Yo no.
Me acerqué a los bordes y fisuras posibles, a los recovecos en los probablemente pudiera encontrarse. Fui a mi maleta por mi lámpara de mano. Utilicé un detector de metales. Y nada.
Mi última carta, la que aún no juego, es contactar a un médium que utilice la radiestesia con baquetas para hallar la pinche llave.
Quiero pensar que todo es una broma de muy mal gusto que alguien me está haciendo como pago por alguna broma de muy buen gusto que yo le hice alguna vez.
O quizá la llave quiso ver mundo y abordó un avión con destino desconocido. Cuando uno se apellida Stilson tiene esas ínfulas de grandeza que lo llevan a tomar decisiones de ese tipo.
Así que si usted, amable lector, lectora, ve por ahí una llave Stilson nueva – idéntica a la que aparece en la ilustración – vagando sin rumbo definido, dígale que no regrese jamás y que espero que sea feliz en la caja de herramientas de un plomero de esos que trabajan en los cruceros transatlánticos o en la misma NASA.
Confío en volver a verla, pero algo dentro de mi ser me dice que no será así.
Veremos.
Yo también soy el que soy. 
Heroísmo Agonizante 101 (Sólo para principiantes) 