Seguimos con los buenos propósitos y las buenas prácticas para este año.
Aquí un reto de lectura.
Cuando irrumpí en una reunión, en la mesa se estaba hablando sobre un reto de lectura: Leer doce libros en doce meses. Tomé asiento y escuché con atención. En teoría es un desafío sencillo. Pero analizando las condiciones de los textos que se deben leer, la cosa se pone algo más complicada.
Veamos.
ENERO. LEER UN LIBRO QUE TIENES PERO QUE NO HAS LEÍDO.
Para el primer mes la cosa está fácil. A ojo de buen cubero, tengo unos doscientos libros que no he leído. (Ustedes saben, esa mala costumbre que uno tiene de comprar «algo para después» cada vez que vas a la librería, al aeropuerto, a una tienda departamental o al puesto de libros de la esquina). Este mes comencé a leer American Gods, de Neil Gaiman. Ya lo tenía y no lo había leído. Así que cuenta, ¿no?
FEBRERO. LEER EL LIBRO FAVORITO DE UN AMIGO.
Aquí debo tener cuidado. Uno no anda por la vida pidiendo consejos sobre libros a cualquiera. Así que creo que deberé arriesgarme. ¿Qué me recomiendas? Anótalo en los comentarios, por favor.
Ahora que sí alguien me pide una recomendación sobre mi libro favorito, el mío es SHANTARAM, de Gregory David Roberts.
MARZO. LEER UN CLÁSICO LITERARIO.
Está bien. Un clásico. Defina usted un clásico. Ya. Voy a leer «Gravity`s Rainbow», de Thomas Pynchon.
ABRIL. LEER UN LIBRO PRESTADO.
¿Quién me va a prestar un libro? ¿Quién se anima?
MAYO. LEER UNO QUE DEBÍ HABER LEÍDO EN LA ESCUELA Y QUE NO LO HICE.
Este mes es fácil. En realidad jamás leí un libro completo en la escuela. ¿Quién carajos lee El Quijote o El Bhagavad Gita cuando está en la escuela? Yo no. Ni la Iliada, ni la Odisea, ni cualquier cosa que huela a Editorial Porrua y sus horripilantes ediciones a dos columnas. ¡Wacale!
JUNIO. UN LIBRO DE UN GÉNERO QUE NUNCA HE LEÍDO.
Mes difícil. Muy. ¿Un género literario que nunca haya leído? Hay varios, por ejemplo, el Ero Guro Nansensu o el llamado Oulipo o la literatura Ergódica. Tendré que investigar. Ahí les cuento.
JULIO. UN LIBRO QUE ESCOJA POR LA PORTADA.
Fácil. Es cuestión de ir a la librería y ya. Ahí les cuento.
AGOSTO. LEER UN LIBRO DE MÁS DE CIEN AÑOS.
Aceptado y cerrado. En agosto será Cumbres borrascosas, de Emily Brontë.
SEPTIEMBRE. UNA OBRA DE UN AUTOR CLÁSICO.
Sencillo. En septiembre será Una Novela de Ajedrez, de Stefan Zweig.
OCTUBRE. UN AUTOR FAMOSO DE MI PAÍS.
Vale, pues. Será algo de Juan Villoro. ¿Les he contado que el día que Villoro me dedicó su libro «Conferencia sobre la lluvia» dejó olvidado su paraguas en la librería en la que se realizó el evento? Yo lo recogí y aún lo conservo, esperando la oportunidad para entregárselo.
NOVIEMBRE. LEER UN BEST-SELLER.
Ya en noviembre se están publicando las listas de los mejores libros del año, así que leeré poesía. Mi libro para el penúltimo mes del año, será el mejor libro de poesía de 2018. Apuesto por algo de Julia Santibañez.
DICIEMBRE. LEER UN LIBRO CON ILUSTRACIONES.
Y para cerrar una novela gráfica. Si usted cree que los libros con ilustraciones son El Libro Vaquero y Memín Pinguín, permítame recomendarle Como un guante de seda forjado en hierro, de Daniel Clowes. Esa será mi lectura de diciembre.
Resuelta la cuestión… aparte de estos doce, solamente me faltan cuarenta libros para cumplir con la resolución 68 de mis 100 cosas que hacer antes de morir. Espero que 2018 sea el año en que pueda borrarla de mi lista.
¿Y ustedes que van a leer en 2018? Anden, cuenten. Quiero saber.
Veremos.