Nadie vivo puede ser un ángel todo el tiempo.
En este momento de mi vida hay muchas carencias en ella:
Me falta enfocarme en lo importante.
Me falta quitarme los miedos.
Me falta ser más claro con lo que quiero expresar.
Me falta dormir más.
Me falta ponerme en los zapatos del otro.
Me falta valor para decir lo que pienso y vivir como quiero.
Me falta exigir lo que doy.
Me falta comprender las causas y los motivos.
Me falta humildad para comprender que jamás lo voy a saber todo.
Me falta tiempo para mi mismo.
Me falta dejar de sorprenderme por los comportamientos que no comprendo de los demás.
Me falta crecer.
Me falta ser mejor persona.
Son demasiadas cosas en las que puedo mejorar. Muchas carencias…
Prefiero considerarlas «Áreas de Oportunidad».
Y es que ni siquiera los dioses son perfectos. Y aún así… ¿Porqué ser un rey si se puede ser un dios? ¿Pero porqué ser un dios si se puede ser humano?
En la vida no hay absolutos, no hay negro ni blanco, no hay buenos ni malos. Todo es relativo. Todo hombre y toda mujer es la suma de sus contradicciones.
¿Quién puede juzgar a alguien más al final del día?
Ciertamente no lo haré yo. Solamente no quiero ser malinterpretado cuando exprese lo que siento.
Veremos.