«… deja que tu borrachera sea bella, porque estás ebrio de mi».
El reto de noviembre es “30 días sin redes sociales“. Un mes para mantenerse sin Twitter, Facebook y Instagram. No Linkedin. Esas son las redes que utilizo.
La situación del 4 de noviembre:
Cuatro días para sobreponerse a la adicción.
Sábado de mucho trabajo (internamente sé que ese es el secreto para dejar de pensar en entrar a Facebook o a Twitter):
Levantarme temprano y no angustiarme pensando en que debo hallar algo ingenioso para escribirlo en las redes sociales es un gran avance. «Responsabilidades» auto generadas que a su vez generan pensamientos tóxicos.
También estuve pensando en lo que escribí ayer sobre «estar informado» de lo que pasa en el mundo. ¿De verdad es tan vital saber sobre la próxima gira de la selección mexicana de fútbol por Europa? No. Eso te hace pensar en los miles de «noticias» que son embutidas en tu mente con el objeto de hacerte creer que estás informado. Te da una idea de «estar en todo» cuando en realidad estás en nada. ¿Cuáles son las cosas que realmente importan y cuáles son aquellas que «debes de saber»?
Día de sacar la basura e intensa actividad física. Luego, salí con Nikita II a pasear (se pone celosa si no salimos juntos a menos una hora al día). Encontramos un alacrán. Nos llevó dos decenas de minutos esa sesión de fotos, pero al final salió muy guapo con el macro. Quedé satisfecho cuando se despidió con una de sus tenazas.
La lesión en el codo sí fue una molestia hoy. Tuve que solicitar consejo médico. Uno me recetó un desinflamatorio. Otro me recomendó un cóctel Whitney. Es sábado, pensé. Suena tentador. Pero no, me decidí solamente por la medicina.
A media tarde decidí desconectarme del mundo, esperando despertar hasta mañana. Me di un baño, hice una llamada y me recosté en la cama SIN ENTRAR A FACEBOOK. Estaba dormido en menos de cinco minutos.
Me despertó la banda sinaloense. Al carajo, es sábado, pienso. La gente hace fiesta los sábados. Diez de la noche.
¿Dónde estás, botella de whisky?
Whitney tenía un punto. Y seguramente tampoco le gustaba la banda.
Al carajo, es sábado. Y mañana, hasta donde sé, es domingo.
Veremos (las ruedas girar).
Corolario: Bastan cuatro días para sobreponerse a una adicción. Pero en cuatro días puedes conseguir otra.
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Foto y texto por Rogelio Rivera Melo.
Yo también soy el que soy. 
Heroísmo Agonizante 101 (Sólo para principiantes) 