Por Rogelio Rivera Melo.
No hay daño tan destructivo como el que uno se inflige a sí mismo.
Hoy aprendí que el daño que te causa el mundo nunca será tan severo, ni tan destructivo, como el que te provoques a ti mismo.
El único refugio totalmente seguro en contra de todo lo que nos lastima está en nuestro interior.
Es difícil romper los ciclos autodestrucctivos, sobre todo cuando se encuentra algún tipo de satisfacción en ellos. No hay que dudar para salir de ellos.
Basta de ser campeones en el arte del autosabotaje y el dolor autoinfligido.
Veremos.
#LecciónDelDía.