Por Rogelio Rivera Melo.
La dificultad de ponernos de acuerdo en algo – lo que sea – radica en que cada persona tiene diferentes formas de ver las cosas.
Cuenta una antigua leyenda que una vez había seis hombres ciegos. Su ceguera les había permitido dedicarse al estudio y a la meditación, por lo que eran sabios entre los demás hombres. Cada día se reunían para analizar, en conjunto, diversos problemas, exponiendo cada uno sus cavilaciones y decidiendo cuál era la mejor.
Pero un día llevaron ante ellos una bestia nunca antes vista por aquellos rumbos; alguien arrió un elefante hasta el lugar de reunión de los ciegos sabios para que determinaran de qué animal se trataba.
Como ninguno de ellos habían escuchado siquiera de ese animal, los seis se aglomeraron sobre el enorme ser.
Uno de los ciegos se abalanzó sobre el elefante, estirando los brazos para tocarlo y sintiendo su enorme costado dijo: «El elefante es como una gran pared de adobe seco por el sol«.
El segundo hombre avanzó con sumó cuidado, tanteando en el aire, hasta que tocó los grandes colmillos de marfil. «El elefante es un animal delgado y huesudo«, sentenció.
El tercer ciego se topó con la larga trompa. Al recorrerla con el tacto, notó su forma estrecha y musculosa. «Estoy seguro que está bestia es una especie de serpiente gorda y fuerte«, anunció.
El cuarto sabio se acercó por detrás y recibió un golpe con la cola del animal, que se movía para asustar a las moscas. Tomando la cola, se sorprendió. Sin dudarlo dictaminó: «Este elefante es una cuerda apestosa que termina en un mechón de pelos«.
El quinto sabio, siguiendo el viento que producía una de las grandes orejas del animal, la tomó y, acariciándola se sintió con la confianza para decir: «Este monstruo es plano y lanza aire como un enorme abanico«.
El sexto viejo chocó de frente contra una de las gigantescas patas del gran ser. Atontado por el golpe y asombrado por el tamaño, aseguró: «El elefante es un animal que parece una palmera«.
Ahora… ¿Estaban los ciegos equivocados? No. Estaban en lo correcto, de acuerdo a su propia perspectiva.
Y a veces así nos sucede. A todos. Cada quien experimenta, opina, siente, vive de una manera diferente.
Debemos recordar eso cada vez que escuchemos una opinión distinta a la nuestra. Aprenderíamos más si así lo hiciéramos.
Así que… A escuchar, a comprender, a aprender de los demás.. Reto personal.
Veremos.
Todos habían experimentado por ellos mismos cuál era la forma verdadera y creían que los demás estaban equivocados.