Por Rogelio Rivera Melo
“La decisión de una sola persona puede cambiar la vida de generaciones enteras«.
Adml. William H. McRaven.

William H. McRaven es un Almirante de los Estados Unidos. En 1977 se graduó de la Universidad de Texas, en Austin, terminando la carrera de Periodísmo e ingresando a la Marina donde se convirtió en uno de los teóricos más destacados sobre el llamado «conflicto de baja intensidad». Ha sido comandante operativo en todos los niveles dentro de la comunidad de operaciones especiales, desde Subjefe de Equipo hasta llegar a su su cargo actual: Comandante de todas las ramas de las Fuerzas Especiales de su país.
El 17 de mayo, McRaven fue el orador del discurso de graduación de la Generación 2014 en la Universidad de Texas, de donde es alumno destacado. En sus palabras encontramos diez lecciones de vida sobre lo que 37 años de servicio militar y su adiestramiento como Navy Seal le han enseñado.
En Heroísmo Agonizante 101 decidimos publicar cada sábado por diez semanas – una de las «10 Lecciones para Cambiar al Mundo» del Almirante McRaven.
Quizá pienses, lector, lectora, que las siguientes lecciones – viniendo de un militar que fue capacitado en el curso de operaciones especiales más exigente del mundo – no tienen aplicación en tu vida. Pero te puedo asegurar que serán tan pertinentes para ti y tu familia como lo han sido para el Almirante McRaven y los miles de hombres y mujeres que dirige.
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Dejé la Universidad de Texas para llevar a cabo el Entrenamiento Básico de SEAL en Coronado, California.
El Entrenamiento Básico de SEAL es una capacitación de seis meses de extenuantes carreras en la arena, sesiones nocturnas de natación en las heladas aguas de San Diego, pistas de obstáculos, ejercicios físicos interminables, días sin dormir y una sensación eterna de frío, humedad y tristeza.
Son seis meses de ser constantemente acosado por guerreros profesionales que buscan encontrar los puntos débiles de la mente y del cuerpo para eliminarlos para que uno se pueda convertir en un SEAL de la Marina.
Pero el entrenamiento también busca encontrar a esos estudiantes que puedan dirigir en un ambiente donde el estrés, el caos, las fallas y las carencias son una constante.
Para mi, el entranamiento SEAL fue como si me lanzaran todos los retos de una vida completa en tan solo seis meses.
Así que aquí están las lecciones que aprendí en el entrenamiento SEAL. Sé que serán una herramienta valiosa para ustedes mientras avanzan por la vida.
Lección 4.
Si quieres cambiar al mundo, supera el hecho de ser una galleta de azúcar y continúa avanzando.
Varias veces a la semana, los instructores nos alineaban y llevaban a cabo una revisión a nuestro uniforme. Era una inspección excepcionalmente exhaustiva.
La gorra debía estar perfectamente almidonada, el uniforme planchado de manera inmaculada y la hebilla del cinturón brillante y sin raspón alguno.
Pero parecía que sin importar cuanto esfuerzo pusieras para arreglar tu gorra o planchar tu uniforme o pulir tu hebilla, nunca era suficiente.
Los instructores siempre encontraban «algo» que estaba mal.
No aprobar la inspección de uniforme implicaba que el estudiante tenía que correr, completamente uniformado, hasta la rompiente de las olas en la playa. Una vez empapado debía rodar por la arena hasta que cada parte de tu cuerpo estuviera cubierta con arena.
A esto se le llamaba “ser una galleta de azúcar». Uno tenía que permanecer en ese uniforme, frío, húmedo y lleno de arena, por el resto del día.
Muchos estudiantes no podían aceptar el hecho de que todo su esfuerzo hubiera sido en vano. No concebían que, sin importar cuanto habían tratado de arreglar su uniforme a la perfección, sus intentos no fueran reconocidos.
Esos estudiantes no lograron aprobar el entrenamiento.
Dichos estudiantes nunca comprendieron el propósito del ejercicio. Era una forma de decirnos: «Nunca vas a triunfar. Nunca vas a lograr el arreglo perfecto de tu uniforme».
Algunas veces, sin importar qué tanto te prepares o qué tan bien hagas tu trabajo, vas a terminar «siendo una galleta de azúcar». Y que así es la vida en algunas ocasiones.
Si quieres cambiar el mundo, supera el fracaso o la falta de reconocimento. No siempre se gana, pero siempre se aprende. Tú debes continuar esforzándote.
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La pregunta semanal: ¿Cómo reacciono cuando me convierto en una galleta de azúcar? ¿Cómo reaccionas tú?
Veremos.
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