Superviviendo. Por Rogelio Rivera Melo.
Ya hemos hablado sobre la importancia de tener una mochila para utilizarla en caso de emergencia. Pero ¿y si te agarra el temblor lejos de ella? Lo que traigas contigo puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

Todo eso que yo siempre traigo en los bolsillos.
En caso de un terremoto, una inundación, una erupción volcánica, una guerra nuclear o un ataque zombie, la preparación ante una emergencia es el primer paso para protegerse, a uno mismo y a la familia, de consecuencias y situaciones desagradables.
Siempre he sido partidario de mantener en casa, como primera medida de preparación, una Mochila de Emergencia, fácil de transportar y que cuente con todo lo necesario para sobrevivir – SÍ, SOBREVIVIR – a cualquier contingencia inesperada. Pero ¿y si surge una contingencia imprevista y no tienes a la mano tu mochila? Digamos que «te agarra» el temblor en la calle, en la oficina o lejos de tu casa. ¿Qué harás?
Lo que lleves contigo puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Es por eso que en Heroísmo Agonizante 101, nuestros especialistas en Supervivencia, te proponen un Kit básico para emergencias… o sea, todos esos chunches que debes de traer SIEMPRE contigo.
Antes que nada deberás tener extremo cuidado con tu Kit de emergencia. Es tu seguro de vida. NO LO PIERDAS.
Siempre mantén contigo – SIEMPRE – tu cartera con tus documentos oficiales y un poco de dinero. Guarda una cantidad que solamente utilices «en las emergencias». Siempre es bueno tener algunas monedas y billetes. Toma en cuenta que en caso de catástrofes, las redes bancarias pueden quedarse sin efectivo o sin servicio. ¿En dónde conseguirás dinero?
Tampoco abandones las llaves de tu casa y/o tu auto. Conozco gente que llega a su oficina y guarda sus llaves en el cajón de su escritorio. Imagina que está en otra área – o en el baño – cuando suene la alerta sísmica. O cuando llegue el temblor, incendio o se desate una balacera. Si tiene que huir, adiós llaves. Adiós acceso a auto, adiós acceso a casa.
Asegúrate de contar en todo momento con una pequeña agenda en donde tengas anotados los principales datos de tu persona: Tipo de Sangre, Alergias, Número de Seguro Médico, etc… Procura utilizar ese apartado que dice: EN CASO DE EMERGENCIA LLAMAR A: (Recuerda establecer una coordinación previa con la persona a la que llamarán en caso de una contingencia. En el mundo hay personas que se aprovecharán de cualquier información tuya que caiga en sus manos. CUIDA TUS DOCUMENTOS PERSONALES).
Lleva pluma y papel. Siempre lleva pluma y papel. Si puedes lleva una cámara portátil. Yo siempre llevo una. Si tienes que tomar nota puedes usar los métodos tradicionales, o puedes tomar una foto de personas, objetos peligrosos, situaciones, etc., que te servirán luego.
En tu agenda también puedes escribir tus números de cuentas bancarias, el número de tu pasaporte, licencia de manejo y todos los documentos personales. En caso de una catástrofe mayor, siempre es bueno contar con un respaldo en caso de que se pierdan los originales.
Mantén un teléfono celular con saldo (en mi caso siempre tengo dos – uno dado de alta en la principal red de comunicación celular y uno en la competencia) y una tarjeta prepagada para utilizar en los teléfonos de la esquina. Recuerda que en caso de emergencia, las comunicaciones por celdas celulares se saturan y que un fallo en el sistema puede dejarte incomunicado por días. Las redes telefónicas que usan cables físicos son más resistentes, así que no limites tus opciones de comunicación.
En lo posible siempre mantén contigo una lámpara con pilas. Si te quedas a oscuras en un entorno desconocido, las posibilidades de heridas se multiplican. No te confíes en la luz de tu teléfono celular. Créeme cuando te digo que vas a querer ahorrar la mayor cantidad de energía en su batería.
Una navaja pequeña, un mini botiquín de primeros auxilios (con un par de analgésicos, banditas y cinta), un par de dulces, si puedes un chocolate… y zapatos cómodos.
Siempre usa zapatos cómodos. Confía en mi.
En realidad espero que no sea necesario tener que recurrir a este recurso, pero como dicen en mi negocio: “más vale tenerlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo”.
En los próximos días les daré algunos otros consejos que pueden serles de utilidad en caso de desastre.
Mientras tanto, veremos.
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Y a usted, lector, lectora ¿cuenta con un plan de preparación familiar en caso de desastre? ¿Qué consejos puede darnos? Nos interesa saber. Deje sus comentarios y que el mundo siga girando.
Si tú, lector, lectora, tienes alguna sugerencia, duda, pregunta, comentario o situación sobre la que quisieras que Roy Rivera Melo escriba puedes enviarla a heroismoagonizante101@gmail.com – Garantizamos el anonimato de quienes lo soliciten. Esperamos tus correos.
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