No son los besos. No son los abrazos, las citas, las llamadas, el sexo, los paseos, los regalos…
Es estar con alguien que te haga feliz de un modo que nadie más puede hacerlo…
Es estar con quien te acepte con tus defectos y con tu rareza.
Es estar ahí, siendo tú mismo con ellos. Y ellos, siendo ellos mismos contigo.