Por Rogelio Rivera Melo.
Hay tres cosas que uno debe preguntarse cada vez que termina un ciclo. Ya sea una relación, una lección escolar, una experiencia personal o un período de tiempo, tómate el tiempo para contestar estas tres preguntas.
3 cosas que debes saber.
Tengo por costumbre cuestionarme acerca de las situaciones y las experiencias que vivo día a día. Es una práctica que encuentro útil para manejar circunstancias difíciles o complicadas.
Cada vez que se cierra un ciclo en tu vida considera preguntarte tres cosas:
1. ¿Qué aprendí?
2. ¿De que manera podría haberlo hecho mejor?
3. ¿Qué necesito aprender?
Hallar una respuesta a cada una de ellas será un ejercicio de observación hacia tu interior que puede ayudarte en tu crecimiento personal hacia el exterior.
Estas simples preguntas puedes aplicarlas a cosas triviales – puedes plantearlas al terminar de leer un libro o después de ver una película – pero también te darán una luz enorme sobre cosas más profundas como un episodio en tu vida, un capítulo en tu relación o el final de ella.
Uno puede aprender bastante en una contemplación retrospectiva sincera y objetiva de los momentos que vivimos todos los días.
Considerando que este año está a punto de terminar hoy te invito, lector, lectora, a que te hagas estas tres preguntas y consideres que en lo bueno y en lo malo, en lo mejor y en lo peor, uno siempre puede aprender algo nuevo, hacerlo mejor y prepararse para el futuro.
Mis respuestas para este año (sin tanto rollo existencial).
1. Aprendí a volar – que no es poca cosa.
2. Pude haber sido un mejor padre compartiendo más tiempo con mis hijos (Necesito organizarme mejor para tener más tiempo con ellos).
3. Necesito aprender a ser más empático (Tarea para el 2015).
Si quieren compartir sus respuestas, nos encantaría leerlas. Veremos.