Montar al elefante.

Por Rogelio Rivera Melo.

Montar un elefante no es fácil. Es una tarea que requiere disciplina, valor y experiencia. Puede ser peligroso subir al lomo de un animal voluntarioso y poseedor de una fortaleza increíble – además, los elefantes apestan a, bueno, a elefante. Pero todas las incomodidades desaparecen cuando estás arriba, dirigiendo a un poderoso ser que te ha aceptado como una parte de él.

image

El Mahout es el hermano del elefante. Es aquel que ha aceptado abandonar su estatus de «humano» para convertirse en la mitad de una simbiosis que va más allá de la amistad. Ser Mahout es más que ser un jinete de elefantes. Es, más bien, convertirse en su complemento, volverse un hermano humano que lo acompañará desde el inicio hasta el fin de su vida.

Dicen los ancianos mahouts que subir a una de estas enormes criaturas es lo mas parecido que hay a enfrentarse a eso que llamamos Vida. Y los Mahouts saben más que nadie, que montar a un elefante no es una tarea fácil…

Porque si uno lo piensa bien, la vida es una enorme bestia salvaje que te puede destrozar en un santiamén si no estás alerta.

Según la filosofía de los Mahout a cada hombre le corresponde un elefante, único e irrepetible, con personalidad y rasgos propios. Con los defectos y las virtudes propias de un inteligente ser vivo que siente y actúa respondiendo a las acciones de su humano. Acción-Reacción, al igual que en todos los aspectos de la vida.

Al inicio de su relación, es tarea del mahout-aprendiz conocer a su pareja paquidérmica. Está obligado a cuidarla desde que es pequeña. Debe bañarla, ejercitarla, disciplinarla, trabajar con ella hombro con hombro. Debe escuchar los consejos de los Mahout veteranos. Debe ser un alumno para enseñar a su elefante. Debe aprender a confiar en sus instintos, así como a escuchar y entender las señales de su pareja.

Establecer una relación de confianza lo pone en un nivel no de amo, sino de hermano. Y como tal, el Mahout tiene que identificar los pulsos vitales de su compañero; con el tiempo aprende a moderar los cambios de humor – propios y del animal: un Mahout que no se controla a sí mismo puede acabar pisoteado por una bestia incontrolable. Si lo hace bien puede estar seguro de que el elefante lo cuidará de cualquier riesgo y lo ayudará en cualquier trabajo que emprendan juntos.

Como en la vida, hay días en los que el elefante es dócil y benevolente. En otros puede ser huraño y salvaje. Hay días buenos y días malos para ser un domador-cuidador-hermano de alguien. Imagina lo que representa serlo de un gigante más inteligente y exigente que la mayoría de las personas.

No es fácil montar a un elefante. Es como la vida: al principio, confiado e inexperto el Mahout, la bestia intentará de todo por derribarlo. Y lo logrará a menos que el aprendiz se vuelva sabio. Debe adquirir experiencia de los viejos y sus consejos. Debe aplicar lo que le enseñen. Debe ganar confianza en sus decisiones y afrontar las consecuencias de ellas… Debe domarse él mismo para aspirar siquiera a domar a su montura. Debe perder el miedo. No se puede subir a un behemot sin valor.

Con el pasar de los años, cuando ha logrado ser el amigo de su elefante y ha hecho las paces consigo mismo puede montarse en la grupa de su hermano y lanzarse a la batalla contra el tigre o a la gran empresa de atravesar bosques y selvas sin importar obstáculos y peligros.

Se como el Mahout, lector, lectora, que monta orgulloso a su compañero elefante. Sube sin miedo. Doma a tus bestias. Es tu vida. Es tuya. Dirígela con decisión. Como si fuera un gran paquidermo , toma el control. Tú lo guiarás. Llegarás al destino que desees.

Montar un elefante no es fácil. Es una tarea que requiere aprendizaje, disciplina, valor y experiencia. Puede ser peligroso subir al lomo de un animal voluntarioso y poseedor de una fortaleza increíble – además, los elefantes apestan a, bueno, a elefante. Pero todas las incomodidades desaparecen cuando estás arriba, dirigiendo a un poderoso ser que te ha aceptado como una parte de él.

Se el Mahout de tu Vida. Y disfruta del viaje. Quizá nos encontremos en el trayecto.

Veremos.

image

Categorías: Retórica de lo Trivial | Etiquetas: , , | Deja un comentario

Navegador de artículos

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Blog de WordPress.com.

Angela Dalmar

madre de las mariposas

LA REALIDAD DIARIO

Diario satírico y puede que humorístico. Rigor subjetivo

Tenebris Ficta

Espejos a otras realidades

Hams Sneyder

Pensamientos que ayudan

Así, como un 8 tumbado

Abriendo el alma

Terminando de empezar

las vueltas que da la vida.....

EL ARTCA

Poesía Microrrelatos Arte

Lo que me robó el Covid

Memoria colectiva

Prefiero quedarme en casa

Un blog sobre lo que me gusta escribir

Lo que te trae la marea

Ideas originales y recomendaciones literarias de una niña a la que le gusta la magia de la lectura

InBLOGnito

on the internet, nobody knows you're a blog

Discover WordPress

A daily selection of the best content published on WordPress, collected for you by humans who love to read.

La juerga posmoderna

Espejeando ideas

Yayografías

De aquí y de allá, de todo el mundo.

Complícate la vida y tendrás algo que escribir

Dónde no todo es válido, pero real

CaballeroDental

Instrumental para Odontología Especializada

A %d blogueros les gusta esto: