Por Rogelio Rivera Melo
Cualquiera que sea tu demonio personal – tu espina encarnada – no dejes que te aterrorice y siga impune. Lucha con todas tus fuerzas. De todas formas – aunque lo derrotes hoy – regresará mañana.
Hoy no te rindas.
Los demonios contra los que uno lucha día a día – llámalos como quieras – nunca se van.
De hecho, pareciera que cada batalla que uno les gana los hace volver al amanecer – a veces ni siquiera esperan tanto y atacan por la noche cuando se está solo y vulnerable.
Esos miedos terroríficos que regresan una y otra vez son más fuertes de lo que crees. Son tan difíciles de vencer que hay personas que cobran por hora para ayudarte con las estrategias apropiadas. Además son más fieles que la mayoría de los humanos que están a tu alrededor. Puedes contar con que aparezcan cada vez.
Quizá no lo hayas notado, pero una vez que los derrotas, los temores que te envuelven se alejan sólo por temporadas. Son tan insistentes que volverán, de una forma u otra. Siempre lo hacen.
Esa lucha que mantienes contra esos adversarios eternos no es cosa fácil. Ni particular. Toda persona en este mundo – en un momento dado de cualquier día – está peleando dentro de su cabeza en un intento por mantener el equilibrio, el control y la cordura. Cada hombre y mujer. No es poca cosa.
Así que no te rindas. No cedas en tu empeño. Hoy no. Hoy tienes que vencer a toda costa. Porque – ten la seguridad de ello – mañana regresará el ser oscuro que habita en tu mente. Volverá por ti y todo lo que quieres, deseas y planeas.
Pero no les rehuyas, por favor. Por tu vida.
Es difícil enfrentarlos y vencerlos. Pero esa lid es es la que nos hace grandes, la que nos hace crecer. Eso es lo que nos hace creer.
No es fácil. Se necesita valor y voluntad para plantarse frente a eso que nos daña y que nos paraliza. Pero recuerda que tienes una ventaja enorme de tu lado: ningún monstruo es nuevo y ninguno es totalmente nuestro.
Todos los miedos y todas las debilidades y todos los traumas que crees únicos los comparten miles de personas en el planeta. Llevan aquí mucho más tiempo del que te imaginas. Es solo que no podemos ver dentro de la mente de los demás, si tuvieras esa capacidad no nos sentiríamos tan solos ni tan incomprendidos.
Nuestros demonios podrán ser invisibles pero no son invencibles. Los puedes vencer. Muchas personas antes que tú lo lograron y sobrevivieron a la guerra a muerte contra cada uno de ellos.
Así que no te rindas. Hoy no.
Ni mañana. Ni cuando dejen de volver. Por un tiempo lo harán. Pero regresarán, con mayor o menor intensidad, con la misma forma o en diferente versión. Retornarán más tarde.
Sólo que cuando lo hagan, recuerda que un humano que no pelea contra un demonio y no se pone a prueba día a día en esa lucha es un humano que no crecerá más. Es un humano muerto en vida.
Así que no te rindas. Hoy no. Ni mañana.
Hoy no me rindo. Ni mañana.
Veremos.
Es una realidad el tema de los temores a algo o alguien, llamemos lo demonio, espíritu denso, o como Carlos Castaneda los llama chinga… algo, no me acuerdo, pero realidad o ficción, cuantos de nosotros no nos hemos visto preocupados por un jefe, una suegra, una esposa, un fulano x que nos trae preocupados por lo que nos hizo o no dijo o situaciones que no nos deja dormir. A esos solo con una sola acción se van, ignóralos, puede que regresen todos los das, pero si no los ignoras de deshacen tu vida y no vale la pena estar pensando. Todos los tenemos, van y vienen cuando los crees olvidados, regresan en sueños o con algo que te hace recordarlos, pero sabes que? No pueden más que tu, Solo están en tu mente. Regresa el efecto, ignorarles es la mejor medicina, Cuando te acurdes de demonio, piensa, sabes que vas y chin…. a toda tu ascendencia y no vuelvas a molestarme, Inténtenlo funciona, en pocas palabras que les valga madre!
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