La Retórica de lo Trivial. 29 Septiembre, 2014
Traducido por Rogelio Rivera Melo.
Hoy, en el mundo, no hay un solo país donde la totalidad de las mujeres tengan igualdad. Emma Watson, Embajadora de la ONU, toma la palabra y nos invita a hacer algo al respecto.
En Heroísmo Agonizante 101 apoyamos la campaña #HeForShe para lograr la equidad de género.
El Discurso HeForShe de Emma Watson en las Naciones Unidas.
Hoy estamos lanzando una campaña llamada HeForShe. Y se los digo porque necesitamos su ayuda. Queremos detener la desigualdad de género y, para hacerlo, necesitamos la participación de todos. Esta es la primera campaña de este tipo en las Naciones Unidas. Queremos movilizar a tantos hombres y niños como sea posible para que sean partidarios del cambio. Y no queremos que sea solamente algo platicado. Queremos intentarlo y asegurarnos que sea algo tangible.
Hace seis meses fui nombrada como Embajadora de Buena Voluntada para OnuMujeres. Mientras más hablo sobre feminismo, más noto que la lucha por los derechos de las mujeres a menudo se ha convertido en sinónimo de odio hacia los hombres. Si estoy segura de algo es que esto debe terminar.
El feminismo es, por definición, la creencia de que los hombres y las mujeres deben tener los mismos derechos y oportunidades. Es la teoría de la igualdad política, económica y social de los sexos.
Desde hace mucho tiempo comencé a cuestionar los temas sobre el género. Cuando tenía ocho años, yo me sentía confundida cuando, por querer dirigir las obras de teatro que presentaríamos a nuestro padres, me llamaba «mandona», pero a los niños no. A los catorce, algunos medios de comunicación comenzaron a sexualizarme. Cuando cumplí quince, mis amigas comenzaron a abandonar los equipos deportivos porque no querían tener cuerpos musculosos. A los dieciocho, mis amigos eran incapaces de expresar sus sentimientos.
Decidí que yo era una feminista. En mi opinión, esa decisión parecía no tener complicaciones. Pero las investigaciones que he hecho recientemente me han demostrado que «feminismo» se ha convertido en una palabra poco popular. Tal parece que yo me encuentro entre las filas de las mujeres cuyas expresiones son consideradas como demasiado agresivas, aisladoras, anti-masculinas e incluso repulsivas.
¿Por qué esta palabra se ha convertido en algo tan incómodo? Soy británica y creo que está correcto que me paguen lo mismo que a mis contrapartes masculinas. Creo que es correcto que yo pueda tomar las decisiones relacionadas con mi cuerpo. Creo que es correcto que las mujeres se involucren en las políticas y decisiones que afectarán mi vida. Creo que es correcto que, socialmente, se me respete del mismo modo que a los hombres.
Pero, tristemente, puedo decir que no hay un solo país en el mundo donde la totalidad de las mujeres puedan disfrutar de estos derechos. Ningún país en el mundo puede decir aún que ha alcanzado la igualdad de género. A esos derechos yo los considero «humanos». Pero yo soy una de las afortunadas.
Soy privilegiada porque mis madres no me amaron menos por haber sido niña. Mi escuela no me limitaron por ser niña. Mis maestros no dieron por hecho que no llegaría tan lejos porque seré madre algún día. La influencia de todas esas personas fueron las embajadoras de la igualdad de género que me han llevado a ser lo que soy actualmente. Puede que ellos no lo sepan, pero son los feministas no intencionales que hoy están cambiando el mundo. Necesitamos más de esos.
Y si aún la odias, no es la palabra la que importa. Es la idea y la ambición detrás de ella, porque no todas las mujeres tienen los mismos derechos que yo tengo. De hecho, estadísticamente, solo son muy pocas.
En 1997, Hillary Clinton pronunció un famoso discurso en Beijing sobre los derechos de las mujeres. Tristemente, muchas de las cosas que ella deseaba cambiar aún siguen estando aquí. Pero lo que me llamó la atención es que menos del treinta por ciento de los oyentes de ese discurso eran hombres. ¿Cómo podemos lograr el cambio en el mundo cuando solo la mitad de sus habitantes está invitada a participar en la conversación?
Hombres, quisiera aprovechar esta oportunidad para hacerles una invitación formal. La igualdad de género también es asunto suyo. Porque hasta la fecha, he visto como el rol de mi padre como padre es menos valorado por la sociedad, a pesar de mi necesidad, como niña, de su presencia, tanto como la de mi madre. He visto a hombres jóvenes viviendo con enfermedades mentales, incapaces de pedir ayuda por temor a parecer «menos hombres». De hecho, en el Reino Unido, el suicidio es el mayor asesino de hombres entre los 20 y 49 años, eclipsando a los accidentes viales, al cáncer y a las enfermedades cardíacas.He visto a hombres sentirse frágiles e inseguros debido a una distorsionada visión de lo que significa el éxito másculino. Los hombres tampoco gozan los beneficios de la igualdad.
No hablamos a menudo de los hombres atrapados por los estereotipos de género, pero puedo ver que ahí están. Cuando se liberen, como una consecuencia natural de esto, las cosas van cambiar para las mujeres. Si los hombres no tienen que ser agresivos para sentirse aceptados, las mujeres no tendrán que sentirse obligadas a ser sumisas. Si los hombres no tienen que tener el control, las mujeres no tendrán que ser controladas.
Tanto los hombres como las mujeres deben sentirse libres para ser sensibles. Tanto los hombres como las mujeres deben sentirse libres para ser fuertes. Es tiempo de que todos percibamos el género en un espectro, en lugar de ubicarle como los dos ideales opuestos. Si nos dejamos de definir por lo que no somos y comenzamos a hacerlo por quienes somos, todos podemos ser más libres. Y de eso se trata HeForShe. Se trata de libertad.
Quiero que los hombres acepten esta responsabilidad para que sus hijas, hermanas y madres puedan liberarse del prejuicio, pero también para que también sus hijos tengan la posibilidad de ser vulnerables y humanos. Y para que cuando reclamen esas partes de ellos mismos que han abandonado sean una versión más verdadera y completa de ellos mismos.
Quizá estén pensando: «¿Quién es esta niña de Harry Potter y qué está haciendo dando un discurso en la ONU?» Y esa es una muy buena pregunta. Yo me la he estado haciendo a mi misma.
Todo lo que sé es que me interesa este problema y que quiero que la situación mejore, que al ver lo que he visto y, ya que tengo la oportunidad, siento que es mi responsabilidad hablar al respecto.
El estadista Edmund Burke dijo «Todo lo que las fuerzas del mal necesitan para triunfar es que los hombres y las mujeres de bien no hagan nada».
Al sentirme nerviosa por este discurso y en los momentos de duda, me repito firmemente: «Si no lo hago yo, ¿Quién lo hará?» Si sientes las mismas dudas cuando se te presenta la oportunidad, espero que estas palabras te sean útiles. Porque la realidad es que si no hacemos nada, pasarán 75 años – yo tendré casi 100 – antes de que las mujeres puedan ganar lo mismo que los hombres por el mismo trabajo. 15.5 millones de mujeres se casarán durante los próximos 16 años en matrimonios infantiles. De acuerdo a las cifras actuales, será en 2086 cuando todas las niñas que viven en las áreas rurales de África tengan acceso a la educación secundaria.
Si crees en la igualdad, podrías ser uno de esos feministas involuntarios que ya mencioné. Por eso, yo te aplaudo. Estamos buscando una palabra unificadora. La buena noticia es que tenemos un movimiento unificador. Se llama HeForShe. Te invito a dar el paso, a hacerte notar y a preguntarte a ti mismo: «Si no lo hago yo, ¿Quién lo hará? Si no lo hago ahora, ¿cuándo?»
Muchas, muchas gracias.
Gracias a ti, Emma. De verdad.
Quiero empezar a ver a mis amigos hombres apoyando esta iniciativa. ¡YA!
Y hago la invitación a los seguidores de HA101 para unirse a esta campaña internacional.
Me cuentan cuando hallan dado «ESTOY DE ACUERDO» en la siguiente página: HeForShe Campaign.
Veremos.