Es domingo por la mañana. Hace frío y una pareja de enamorados, abrazados, se besan a media calle.
Pareciera que el tiempo no pasa a su alrededor. Sonríen y su felicidad se puede apreciar a simple vista.
De pronto, frente a ellos, se abre la puerta de una casa. Del portón sale una mujer que los observa con ojos bien abiertos. Ellos voltean al mismo tiempo y la mirada de ambos se encuentra con la de ella.
"¿Están bien?", les pregunta. En su voz se escucha el miedo.
"Sí. Todo bien". Contestan ambos al unísono, con voces de borregos enamoriscados.
"Es que como los vi abrazados a la mitad de la avenida creí que había sonado la alerta sísmica y no la había escuchado".
"No. Todo está bien", dice la amorosa.
La curiosa cierra la puerta de su hogar y camina por la banqueta. Cuando pasa junto a ellos, los mira de reojo. Ellos se ríen y vuelven a juntar sus labios de manera furiosa. La vecina entorna sus ojillos en una mezcla de indignacion y envidia.
Asi de raro miran algunos el amor en el mundo actual.
Pero a los enamorados jamás les ha importado el modo en que los miren.
Aveces se ciega uno ante las situaciones, mas cuando estas en un estado de enamora-miento… las cosas como son para no sufrir caidas. Sin embargo, el estado de volar y sentir es muy placentero y parte de la vida.
Me gustaLe gusta a 1 persona