
El reto de noviembre es “30 días sin redes sociales“. Un mes para mantenerse sin Twitter, Facebook y Instagram. No Linkedin. Esas son las redes que utilizo.
No era cómodo. Ni fácil. Pero, durante la época en que no había automóviles, camiones, aviones o trenes, el viaje en diligencia era el modo más seguro de viajar de un lugar a otro.
Un carruaje tirado por caballos, y normalmente cargado de objetos valiosos, era presa fácil de los bandidos que esperaban su paso, emboscados en los caminos.
La mejor manera de llegar al punto de destino era conducir la carreta de la manera más rápida – y furiosa. Para eso, se necesitaba un conductor con experiencia y pudiera controlarse a sí mismo y a los corceles que tiraban del vehículo.
Y, sentado a un lado del conductor, se encontraba el guardia armado. El «shotgun rider» – el jinete de la escopeta – tenía una tarea sencilla: volarle la cabeza a toda oposición y amenaza que se encontrara en el camino de la diligencia.
He aprendido que, al igual que en tiempos antiguos, las misiones más complicadas no pueden hacerse en solitario. En el grupo siempre necesitas a alguien que conduzca con mano firme y alguien con la sangre helada para viajar con la escopeta y usarla cuando sea necesario.
Para cumplir la misión se necesitan apoyo y soporte mutuo. En el equipo, un miembro no es mejor que el otro. Uno no es más que el otro. Uno vive del y para el otro. Son como una máquina coordinada. Algo tan sencillo y simple como un ballet bien ejecutado. Y con la misma calidad técnica.
La paradoja del caos controlado para un bien común.
Pocas veces he visto equipos así funcionando. Uno o dos durante toda mi vida. Debo admitirlo, nunca he sido parte de uno.
Pero cuando presencias ese milagro de la naturaleza humana – sí, un milagro – que es el nacimiento de un equipo formidable, es como si fueras testigo de la explosión de una supernova.
Ruega a la vida no tener que enfrentarte a ellos, porque si llegas y no tienes un equipo así, es mejor que ni siquiera te presentes. Hagas lo que hagas, vas a perder.
Pero si sucede la remota posibilidad de que, en algún momento de tu vida, encuentres al otro miembro de tu equipo no lo pienses mucho. Si eres inteligente, sabes que tienes solamente que hacer una pregunta: «¿Conduces o disparas?»
Veremos.
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Un día menos es un día más. Faltan 13.
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Texto por Rogelio Rivera Melo