«El nahual abandona su naturaleza humana por un tiempo, para adoptar la de un animal elegido».
Estaba oscuro ayer cuando regresé a mi habitación.
Bajo el manto de la noche sin luna miré algo moverse bajo el dintel de la puerta. Un pequeño gato rascaba la madera, queriendo entrar.
Me quedé petrificado sin saber qué hacer. Me acerqué despacio, pero el felino me escuchó y sorprendido, salió corriendo en la dirección contraria.
No pudimos mirarnos a los ojos para estar seguros, pero si eres tú en tu nahual, avísame para permitirte la entrada esta noche.
Veremos.
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Fotografía y texto por Rogelio Rivera Melo.
Yo también soy el que soy. 
Heroísmo Agonizante 101 (Sólo para principiantes) 