El Blitz fue un período en que los alemanes bombardearon Inglaterra día y noche.
Han pasado varios días ya desde el terremoto del 19 de septiembre. Y, para algunos – aunque no lo sepan – estar en la ciudad de México y pasar las noches en ella aún implica sentirse como en la ciudad de Londres durante el Blitz, el período en que los bombardeos alemanes destruyeron las ciudades inglesas que estaban dentro de su radio de acción.
Y es que no existe mayor incertidumbre que no saber a qué hora comenzarán a sonar las alarmas ni en qué momento empezarán a derrumbarse los edificios. No tener la certeza de poder alcanzar una zona de seguridad cuando comience el ajetreo.
Así estamos los mexicanos hoy. Hay muchos que aún no se logran recuperar del último terremoto. Y es que es difícil.
Los soldados le llaman "shell-shock" a los síntomas que sigue después de haber experimentado una situación inesperada y violenta en la que estuvo en riesgo la vida y la seguridad.
En el Blitz se pusieron a prueba y se llevó al límite la capacidad de resistencia y resilencia de millones de personas. Igual que el último mes en la ciudad de México.
La diferencia es que, de septiembre de 1940 a mayo de 1941, los bombardeos de los Junkers alemanes sobre Londres y otras ciudades inglesas eran casi continuos. Con cierta fascinación de la Luftwaffe por atacar durante las horas de oscuridad.
En cuanto los observadores ubicados con binoculares en la costa sur de Inglaterra, y luego apoyados por un incipiente sistema de localización llamado "radar", detectaban la presencia de aeronaves que se dirigían hacia ellos, enviaban una señal para que comenzaran a sonar las sirenas de bombardeo.
La gente tenía menos de cinco minutos para dirigirse a los refugios antibombas.
Si no lograba entrar, las cosas se ponían algo rudas. Como podrán imaginar, hubo muchos casos de estrés postraumático, en una época en la que la atención psicológica no era tan accesible como ahora.
Pero los ingleses no se dieron por vencidos. Las estaciones del metro de Londres se convirtieron en los refugios y centros de convivencia de la ciudad. Sabían que la destrucción vendría, pero que habría que salir a la superficie a reconstruir la urbe. Y lo hicieron. Después de ganar la guerra mundial.
En la ciudad de México, y en varios estados del país, no sabemos cuándo llegará el próximo terremoto. Estamos con los oídos atentos para escuchar la alerta sísmica. Casi no dormimos, pero aún así sabemos que el país completo – no sólo las casas y edificios destruidos- deberán ser reconstruidos.
Y el esfuerzo que sigue requiere que estemos en buena forma, física y mental.
No hay que quedarse con el trauma, busquen ayuda psicológica. Hay lugares en donde se atiende de manera gratuita a quien así lo requiera. La Clínica Condesa es una de ellas.
En 1940, el Blitz fue el inicio de la lucha para los ingleses. Pero lograron levantarse entre las ruinas de la ciudad.
Y si alguien lo logró una vez…
Veremos.
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