El 14 de octubre de 1947, se logró algo que jamás se había hecho en la historia de la humanidad: romper la barrera del sonido.
Ese día, Charles "Chuck" Yeager, capitán de la Fuerza Aérea de los E.U., se montó en una aeronave a reacción – el Bell X-1 matrícula 46-062 era más un cohete que un avión – que estaba sujeto al depósito de bombas de un B-29.
El enorme bombardero despegó del Campo Aéreo Muroc – ahora se le conoce como "Base Aérea Edwards" – y se dirigió al desierto de Mojave.
El "Glamourous Glennis" – bautizado así por Yaeger en honor de su esposa – fue liberado y alcanzó una velocidad máxima de Mach 1.06 (361 m/s, 1,299 km/h).
Yaeger fue el primer ser humano que alcanzó una velocidad mayor a la del sonido (Mach 1).
Dos días antes del vuelo, "Chuck" Yaeger salió a pasear en su caballo. En el trayecto tuvo un accidente que le rompió dos costillas. Sabiendo que no le permitirían volar así, acudió con un médico civil que le colocó un inmovilizador. Solamente Glennis y su mejor amigo, el también piloto Jack Ridley sabían del hecho.
Después de subir al "Glamourous Glennis", Yaeger no pudo cerrar la escotilla de la cabina debido a sus costillas fracturadas. Su amigo Ridley le entregó el mango de una escoba para que se apoyara en él y ajustara el sello de la escotilla.
El resto es historia: se rompió la barrera del sonido, se abrió la puerta al viaje espacial, se logró uno de los avances más impresionantes en la aeronáutica y se demostró que el ser humano – aún con dos costillas rotas – puede hacer cosas increíbles, cosas que jamás se habían logrado.
¿Y tú qué harás hoy?
Veremos.