Que paso por la Casa del Lago y que hay miles de personas haciendo fila. Y que pregunto qué había. Y que me dice el policía al que le pregunté, me dice «va a estar una señora Patti Smith«, me dice. Y que sigo avanzando y que mientras avanzo veo como va llegando más y más gente. Entonces escucho a una de las señoras que venden tortas y refrescos junto al laguito de Chapultepec, que dice: «nunca había habido tanta gente desde que nació el osito panda Towi«, le dice a su amiga. Y pues ya. Yo ya no dije nada porque no era mi conversación, pero recorrí toda la fila y como no vi a ninguno de mis conocidos que tirara paro para escuchar leer a la Smith, «que chafa», que digo. Pero luego le pregunto a uno de los muchos que estaban formados, de esos que se ven bien conocedores, con bota Dr. Martens y costra de mugre y pelo seboso, si la Patti iba a leer en español o en inglés, y me dice «ojalá sea en español porque si no, no va a entender nada», me dijo. Yo ahí sí le dije que esperaba que la doñita trajera un traductor chido. Y luego me fui. Y ya.
Esperé a ver si podía ver a la Patti Smith y sí la vi. Llegó en una camioneta Suburban plateada de esas bien lujosas que usan los artistas como Maluma. Ya nomás le pude tomar unas fotos bien desde lejos, porque la Nikita trae un zoom bien de esos potentes como los que usan los camarógrafos de National Geographic. Y por eso salió la foto – medio mala – de la güera poeta, misma que aquí les dejo.
Y ya.
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Texto por Rogelio Rivera Melo.
(Mala) Fotografía: Nikita.