Fotografía por Rogelio Rivera Melo.
El paisajista terminó temprano hoy. Se le acabó la pintura azul cielo y debió mezclarla con blanco titanio. Antes de marcharse bajó del andamio para admirar su obra. Vio que era buena y sonrió.
"Es una ventaja tener la bóveda celeste como lienzo", dijo en voz alta. "No pagan tanto como los Medici, pero el trabajo es constante. Ahora tengo más tiempo para vivir".
Se limpió las manos y se alejó bajo el firmamento recién pintado. Sabiendo que mañana el andamio estará donde lo dejó.