Fotografía y texto por Rogelio Rivera Melo.
Inconvenientes.
Nuestro paso por esta existencia se encuentra lleno de sucesos que podrían detener nuestro avance.
A veces son personas con nombres y apellidos, otras ocasiones son ligeros acontecimientos que traen malestar a nuestro entorno, pero también habrá momentos en que se asemejen más a cataclismos universales que volteen nuestro sistema y nos dejen tan indefensos como cervatos en la inmensidad del bosque. A veces son los otros, a veces eres tú.
Sea como sea y pase lo que pase, no permitas que esos inconvenientes se vuelvan el eje rector de tu vida.
Tómalos como lo que son: la medida del rigor vital de los obstáculos que tendremos que superar para crecer y trascender. Nunca los consideres el tope con el que te debas detener.
Porque son esos inconvenientes los que dan fortaleza y resistencia al humano. Como tales, acéptalos y destrózalos. Y no dudes en pedir ayuda a los demás para hacerlo.
El mundo no sería lo mismo sin las «piedras en el zapato» y los «neumáticos desinflados» que pongan a prueba nuestra resistencia y resilencia como especie y como individuos.
No te rindas ante ellos. Ante nada. Ante nadie. Ante ti. Nunca te rindas.
Se fuerte y se feliz.
Al carajo con los inconvenientes.
Ve y ve.
Veremos…
