Por Rogelio Rivera Melo.
30 Días para agradecer…
¿Cuando fue la última vez que te diste un tiempo para agradecer a alguien algo que hizo por ti? Muchas veces el agradecimiento que sentimos va más allá de musitar un “Gracias”. Y es que hay acciones que merecen mucho más que una sola palabra. Y eso por eso que en Heroísmo Agonizante 101 iniciamos el reto de 30 Días de Agradecimiento.

El jefe siempre tiene la razón.
El agradecimiento del 3 y el 4 de octubre es para todos los jefes que he tenido.
Graciano, el mecánico de autos, fue mi primer jefe. El trabajo en su taller, durante una época en la que no estudiaba, me enseñó mucho: a cambiar llantas, a afinar carburadores, las reparaciones básicas y más frecuentes en un automóvil. Pero las lecciones que aprendí en ese momento no se comparan con las que he entendido cuando analizo esa experiencia en retrospectiva: que la gente humilde y sin estudios puede llegar a ser una eminencia en lo que hace; que un trabajo bien hecho tiene que ser un trabajo bien pagado; que uno tiene que prepararse hasta para los trabajos que normalmente se consideran «menores»… Y aprendí que no quería pasar mi vida en un taller mecánico con las uñas de las manos siempre manchadas de grasa…
José Luis Cortés, «El Valiente»… el mejor jefe que he tenido. Viejo lobo de mar. Un cabrón que no demostraba sus sentimientos a nadie. Pero que cuando llegué, joven e inexperimentado, a un lugar alejado de la civilización, se convirtió en mentor y amigo. «En tu trabajo nunca dejes cables sueltos… ni en tu vida». Era capaz de llevar a todo su equipo a una comida donde fluía el alcohol libremente y donde estaba prohibido hablar de cosas laborales. Y cuando terminábamos de comer nos regresaba a la oficina a terminar un proyecto «urgente» mientras estaba prohibido hablar de lo mal que nos sentíamos por el exceso de alcohol y fiesta. «Sean responsables en la fiesta tanto como en la chamba y nunca tendrán problemas en una ni en otra»…
Después vinieron jefes y Jefes. Algunos buenos, otros no tanto. Pero de todos aprendí… Hubo con el que tuve tantos problemas que terminé por pedir mi renuncia. Hubo aquel por el que di todo mi esfuerzo y dejé a un lado lo demás… también estuvo el que no se metía con nadie y era jefe nada más porque así decía el letrero en su oficina. Hubo el jefe revolucionario idealista, el tirano de chocolate, el motivador anónimo… El líder y el que necesitaba niñera…El que siempre se mantuvo centrado y el que se mareó nomás se subió al tabiquito del poder…
Sí, he tenido muchos jefes. Gerentes generales, jefes de departamento, jefes de proyecto, jefecitos y jefazos… Y hoy a todos les agradezco. Lo bueno y lo malo.
Después de algunos años de haber tenido siempre algún jefe, de pronto (así me pareció a mí), me convertí en uno.
Y hoy puedo decir que cuando una persona se convierte en jefe de alguien más, es la suma de todos los jefes que ha tenido.
Este agradecimiento va para ellas y ellos. Haya sido como haya sido, libramos esa relación entre personas que puede ser fructífera o mortal…
Y aprovecho para darte un consejo, lector, lectora… Es gratis. Y ha sido uno de los que más trabajo me ha costado entender en mi vida. Pero si lo aplicas, tendrás un gran crecimiento laboral: «El jefe siempre tiene la razón».
Y tú a quién le dedicas tu agradecimiento el día de hoy? Veremos.
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Agradecimientos por día:
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