Por William Arthur Ward
«Reir es arriesgarse a parecer un tonto. Llorar es arriesgarse a parecer sentimental. Conocer a alguien es arriesgarse al compromiso. Expresar tus sentimientos es arriesgarse a exponer tu verdadero ser. Comentar tus ideas y sueños frente a los demás es arriesgarse a perderlos. Amar es arriesgarse a no ser amado. Vivir es arriesgarse a morir. Tener esperanza es arriesgarse a la desesperación. Intentar es arriesgarse a fallar. Pero los riesgos deben tomarse, el mayor peligro en la vida es no arriesgarse en nada. La persona que no se arriesga en nada, logra nada, tiene nada, es nada. Así se puede evitar el sufrimiento y la pena, pero no se aprende, no se siente, no se cambia, no se crece, no se vive. Encadenada por su falta de riesgo, esa persona se convierte en un esclavo que ha perdido toda su libertad. Solo una persona que se arriesga es libre».Hace 15 años leí este texto en el Thayer Hall, de la Academia Militar de los Estados Unidos en West Point, lo escribí en una hoja de papel que perdí. Con el tiempo, lo olvidé. Y, de pronto, apareció como publicación en el perfil de un compañero mío. Hoy, al leerlo, me doy cuenta que la vida es un riesgo que DEBEMOS tomar. Total, la situación no está como para quedarse viendo la película sin participar en ella.
Veremos.
