Las relaciones de pareja son como la apreciación del arte:
Algunos se encuentran en el nivel más elemental, y creen que las cosas complejas y repletas de fuegos pirotécnicos son las que importan; otros tienen un gusto más refinado, han observado y se han esforzado por no quedarse en lo rimbombante; otros; los menos, buscan lo más selecto y avanzado, sin que nadie los comprenda, sin que las posibilidades sean muchas… aunque la batalla y la búsqueda sea larga y difícil.
El que se conforma y quiere tener su arte, su cocina, su amor, embarrado de condimentos baratos – creyendo que a los demás les gusta lo mismo – está bien; lo que es importante, es que seamos conscientes que siempre se puede aspirar a más.
Ya uno decide la música, los sabores, los amores, que quiere disfrutar en el viaje que la vida les ha asignado.