Archivo diario: 10/08/2012

Todo el Arsenal. METALLICA.

Antes de escribir otra cosa debo hacer una aclaración: La siguiente crónica del concierto de Metallica no tiene la intención de ser reproducida en una revista especializada en rock pesado, ni el que la escribe tiene la experiencia requerida  – es más… ni se sabe las canciones.

Me invitaron y dije “si”. Por lo tanto, desde hace cuatro meses sabía que el lunes 6 de agosto iría al Palacio de los Deportes a ver el concierto “El Arsenal Completo”. Tengo que confesar que nunca he sido fanático de cualquier tipo de rock metalero. Pero como “experimento social” acepté. Total. Bueno, también acepté por que la que me invitó fue mi novia. Ella sí, admiradora fanática del grupo. Y toda una conocedora del género.

El lunes en cuestión utilicé esos privilegios que le otorga a uno ser jefe – de su vida – y me salí temprano de la oficina. Fuimos a comer, y luego de una siestecilla reparadora, nos lanzamos a la aventura.

El viaje en el sistema colectivo Metro fue acalorado – afuera llovía y adentro había mucha gente. Como comentario al margen debo decir que cualquier ciudad que separe a los hombres de las mujeres en el sistema de transporte no merece ser llamada “de vanguardia” (tema que merece otra publicación). Cuando el tren se detuvo en la estación “Velódromo”, así, bajando del vagón, había tres o cuatro o cinco o veinte tipos que ofrecían comprar tu boleto si te sobraba o venderte alguno si te faltaba. Imagino que la demanda no era mucha, todavía en la mañana, por la radio, por el Facebook y por Twitter, había muchos boletos de regalo en promociones que consistían en contestar preguntas como “dinos de que nacionalidad es la mamá de Trujillo, el guitarrista de Metallica”. La respuesta es “Mexicana”, por si estaban preocupados.

Después de mojarnos un poco – no quisimos comprar plásticos “impermeables” de bolsa – llegamos al primer punto de control. Los asistentes al evento cumplían al píe de la letra con la “etiqueta” para escuchar “merol”: camisetas negras con estampados variados, pantalones de mezclilla, botas y accesorios de cuero negro.  Me sorprendió en la fila ver todo el espectro generacional. Chamaquitos de nueve o diez, pubertos imberbes, chavorrucos, y venerables abuelos roquerotes. La pura democracia demográfica y social.

Pues ya… pasamos los filtros de seguridad. Nos llevaron a nuestros asientos y esperamos, todos emocionados, a que el recital diera inicio. Ya había un montoncito de instrumentos apilado en el centro del escenario. Y al poquito rato llegaron cuatro individuos – la representación casi exacta de cómo yo veo una banda de metal – flacos greñudos con pantalones de cuero pegaditos y camisetitas sin mangas. No me pregunten cómo se llamó el grupito abridor. Nadie supimos. Pero se encargó de gritar y hacer ruido estridente por un rato. El “vocalista” gritaba entre rola y rola con muchas groserías – lo único que se le entendió cuando habló (o cantó). Bien raro, así como una versión macuarra de Def Leppard – a esos los vi alguna vez en MTV. Pero como todo en la vida, su show se acabó.

Y de pronto, salieron a escena como cincuenta señores que – cual hormigas trabajadoras – desarmaron las cositas de la bandita y empezaron a poner cables, luces, tramoyistas suspendidos y a conectar lo necesario para el verdadero espectáculo. La verdad es que los técnicos acabaron pronto. Pero también pronto la banda excitada se aburrió de esperar… Chifliditos, chiflidotes, gritos, la “Ola”, mentadas de madre entre niveles del público, y Metallica no salía. Y no salía. Y no salía.

Hasta que de pronto, el escenario (una cosa extraordinaria por su magnitud, el display de luces y la tecnología que hacía que, básicamente todo el piso, fuera una pantalla interactiva con los miembros del grupo) se iluminó. Y comenzaron los acordes de un tema de introducción. 

Permítame informar/confesar, lector, lectora, que la totalidad de mi experiencia con Metallica es haber comprado el “Black Album” cuando era chavo (de ese disco si me sé todas las rolas). Mi novia se enoja cuando le digo que el álbum negro es como el “Donde jugarán los niños” de Maná, versión Metallica. (Fans –de Maná o Metallica, las mentadas de madre van en la sección de comentarios que se encuentra al final de la columna). Pero si ya tocan “Nothing else matters” hasta en los “40 Principales”, con Shakira.

Y Metallica salió. Y cantó y tocó. Les mentiría si escribiera que fui observador imparcial. La música impresionante. Pirotecnia. Efectos especiales. Las tres canciones que si pude cantar. La producción. El manejo del escenario de los músicos. Quedé impresionado. La palabra que mejor lo describe, en su totalidad, es BRUTAL.

Una silla eléctrica que generaba ondas de Tesla, sarcófagos que mostraban a personas muriendo asfixiadas, la estatua gigante de la Justicia, tumbas que surgieron del piso, y un final apocalíptico con “Enter Sandman”. Luego, un par de rolas en mood “back to the garage”, con luces de taller mecánico y nada de efectos especiales.

El show termina con grandes bolas negras descendiendo del domo mientras el grupo se revienta “Seek and destroy” y el slam se pone buenísimo en la parte de pista. Al final el grupo agradece en español, los fans gritan, reciben regalitos (los de nivel de pista) y actúan como focas en Atlantis (si me aplaudes te tiro un pescado – y las focas aplauden, y aplauden y aplauden y se sumergen desesperadas por los pescaditos que les lanzan).

 Leyendo las diversas reseñas y crónicas de la serie de conciertos, muchos fanáticos recalcitrantes dicen que este show no tiene nada que ver con otros anteriores donde el heavy metal es lo que impera. Pero – y en este momento es donde entra mi poca experiencia metalera – no cabe duda que para festejar los 30 años de carrera musical de esta importante banda, este concierto valió la pena. Mucho. Ahora espero que salga la película conmemorativa del tour que filmarán en 3D. Digo, para ver con más calmita el show. Por que me gustó mucho. 

Un día también fui a un concierto de Maná… y tengo que reconocer que no me zumbaban los oídos dos días después.

And nothing else matters.

Imagen

Categorías: Reflexiones | 3 comentarios

Blog de WordPress.com.

Anna Fonte's Paper Planes

Words, images & collages tossed from a window.

Deletreados

Literatura y Psicoanálisis

bienestarterapiasdotcom.wordpress.com/

Acupuntura, Reiki, Estética, Biomagnetismo, Masajes

telodigosindecirlo

realidad interpretada

Angela Dalmar

madre de las mariposas

LA REALIDAD DIARIO

Diario satírico y puede que humorístico. Rigor subjetivo

Tenebris Ficta

Espejos a otras realidades

Hams Sneyder

Pensamientos que ayudan

perezitablog

Amando mi caos.

Así, como un 8 tumbado

Abriendo el alma

Terminando de empezar

las vueltas que da la vida.....

EL ARTCA

Poesía Microrrelatos Arte Música

Lo que me robó el Covid

Memoria colectiva

Lo que te trae la marea

Creaciones artísticas, ilustraciones, cuadros y dibujos

InBLOGnito

on the internet, nobody knows you're a blog

Discover WordPress

A daily selection of the best content published on WordPress, collected for you by humans who love to read.