¿Cómo se descansa el alma? Por Malú Meave.
Podría por ejemplo, tomar un té de hojas, cerrar los ojos, y respirar profundo.
Será acaso, que las hojas me cubran de otoño el universo que llevo dentro, que sople el viento suavemente, y se lleve junto con la hojarasca, las palabras.
Quiero apagarme la voz.
Me gusta la idea del otoño y sus atardeceres; la luz del sol es más intensa en horas más tempranas.
Traeré una silla, ya no llevo prisa.
Podré tomarme la tarde a sorbos, como si estuviera hirviendo y veré volar a los cuervos, será tal vez que de sus alas salga la noche, con todo y estrellas.
Ojalá nos lluevan las estrellas y nos dejen la piel húmeda de llanto y de polvo.
¡Qué venga la noche! ¡Que todo se calle!
Suspendamos el día, contengamos la respiración para que se nos quede la vida adentro…
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Gracias, Malú por tus palabras en tiempos de tormentas de alma…
