Si en algún momento de tu vida te has preguntado cuál fue el momento de la historia del planeta que más te ha afectado de manera personal, tienes que conocer la historia de un pueblito yucateco llamado Chicxulub.
Hoy fui a tomar fotos a Chicxulub, un pequeño pueblo ubicado en la costa norte de Yucatán, unos 40 minutos de Mérida.
Y, aceptémoslo o no, el punto geográfico más crucial de la historia de la humanidad.
Déjenme explicar la importancia de este lugarcito.
En la década de 1980, al estudiar la distribución de los cenotes del área, investigadores estadounidenses descubrieron una característica geológica inusual en el norte de la península de Yucatán: un anillo casi perfecto de unos 200 kilómetros de ancho.
Al principio no sabían qué es lo que había causado algo de tal magnitud, pero la geóloga de la NASA Adriana Ocampo desarrolló una hipótesis que, tras décadas de investigación, ha sido comprobada por científicos de todo el mundo: ¿y si el enorme cráter hubiera sido generado por un impacto masivo? Por ejemplo, el de un meteorito.
Físicamente, para crear una cicatriz de esa magnitud en la corteza terrestre, se requiere de un cuerpo celeste de unos 12 kilómetros de ancho.
¿Sería ésto posible? Al parecer sí.
Los posteriores trabajos de campo descubrieron hace cuánto tiempo – 66 millones de años – y el punto en donde impactó el meteorito : un lugar en el que hoy se levanta la ciudad costera de Chicxulub Puerto.
El golpe al planeta fue de tal magnitud, que en unos segundos, se levantó una masa de tierra de unos 20 mil metros, creando un cráter de unos 30 kilómetros de profundidad, siendo el «Punto Cero» del lugar más mortal en la historia de la Tierra.
La cantidad de detritos que se levantó fue tal que la luz del sol se oscureció por completo durante un período mayor a un año, causando la extinción de plantas fotosintéticas y de los animales que se alimentaban de ellas.
Se dice que el meteorito de Chicxulub fue el causante directo e indirecto de la extinción de los dinosaurios y de más del 75 por ciento de la fauna que habitaba la Tierra en ese momento, además de dar inicio a la revolución evolutiva mamífera.
Si me pongo en un modo simplista, podría decir que, gracias al cráter de Chicxulub, tanto tú, estimado lector, querida lectora, como yo, somos parte de la especie más beneficiada, hasta hoy, del planeta.
Así que, de una forma u otra, este lugar es el punto cero para la humanidad.
Todos nuestros sueños y esperanzas, como especie, provienen de Chicxulub. Y también todos nuestros miedos y defectos. Todos amamos Chicxulub.
Vaya lugar mágico para visitar. Sobre todo durante una pandemia. Te pone a pensar en la futilidad de la vida.
No se necesita mucho para terminar con la historia de toda una civilización: un virus diminuto o 12 kilómetros de piedra y metal pueden ser la causa de la siguiente extinción.
Es por eso que debemos aprender. Estar preparados. Y si eso no es suficiente, al menos hay que tratar de ser felices hasta que el destino nos alcance.
Mientras tanto, veremos.
* * *
Serie Crónicas Viajeras.
Texto: Rogelio Rivera Melo
Foto : “I ❤️ Chicxulub” por Rogelio Rivera Melo.
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