Dicen que la peor indignación llega cuando el resabio de mierda alcanza la puerta de tu casa. Antes, por más fuerte que resuene, solamente es un mero reclamo exclamado desde la lejanía.
Médicos, estudiantes, periodistas, políticos, abogados, servidores públicos, amas de casa, padres de familia, maestros, contadores, meseros, actores, carpinteros, arquitectos, albañiles, estilistas, jueces, pilotos, sindicalistas, campesinos, secretarias, vendedores, modelos, comerciantes…
Díganme, por favor, una sola profesión en nuestro México, en la que no haya habido bajas por la violencia.
Este país está bien jodido, ¿verdad?