A diferencia de la materia, las historias no sólo se transforman, se crean y se destruyen. Se mejoran con el tiempo, se reviven en la memoria, se tergiversan, se modifican, se hunden en el marasmo del tiempo, a veces para no resurgir jamás, a veces para volver como trenes imposibles de detener.
Cada fotografía es una historia, buena o mala. Eso ya depende de quien la cuente.
Cuéntame una historia.