Por medio de la presente, le solicito de la manera más atenta y de no existir inconveniente, tenga a bien girar sus apreciables instrucciones a quién corresponda a fin de publicar el escrito anexo al presente correo electrónico. Lo anterior, es para agradecer públicamente a un amigo.
Sin más por el momento, reciba un cordial saludo.
La amistad es uno de los valores de la vida, es un concepto difícil de explicar. Para mi, es una hermandad que se elige y se conserva y me gustaría compartir con ustedes lo siguiente:
La vida está llena de sobresaltos y experiencias maravillosas, una de ellas es contar con un amigo verdadero, afortunadamente yo cuento con uno, al que conocí a muy temprana edad en el colegio donde ambos estudiábamos en los años ochentas. En aquellos años se escuchaba música de Flans, de Timbiriche y la vida era más tranquila en este México tan bonito.
Esa amistad se empezó a fraguar cuando éramos unos niños inocentes y no teníamos intereses más que jugar. No se veían las diferencias de partidos políticos. En fin, se fue fortaleciendo mientras crecíamos debido a las coincidencias de la vida. Hicimos muchas travesuras de adolescentes juntos. Hasta el punto en que un día en la historia de ese colegio iniciamos una guerra de gises y a ambos nos suspendieron. Ese castigo nos lo «ganamos» porque ninguno de los dos confesó; terminamos nuestra educación preparatoria juntos y, después, nuestros caminos se separaron por cuestiones académicas.
Me da gusto que, por diversas acciones, la vida nos volvió a juntar; ahora me doy cuenta que es una persona importante en mi vida, sé que cuento con él para cualquier situación fácil, compleja o simplemente para echar un trago y pasar un rato platicando de muchas cosas.
Él participó en el evento más importante de los últimos 5 años de mi vida; estuvo el día en que mi segunda hija nació. La verdad es que en el momento de verlo me dio mucho gusto verlo.
La verdad es que les recomiendo mucho tener un amigo entrañable como él.
Gracias, Rogelio Rivera Melo Patiño.
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Gracias a ti, amigo. Así nada más.
Eso me exhime enteramente del inculpamiento del que fui objeto un 05 de enero, cierto…
Ja ja ja…
Yo no se…
y creo que lo mejor es que no tengo parámetro de comparación, pero aparte de amigos son únicos e irrepetibles… eso los hace aún mas especiales…
Dios los bendiga a ambos dos… Jose Omar Hernandez Pliego y Rogelio Rivera Melo Patiño…
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Jajajaja! No, amigo. Tú sabes que ese muchacho es lo que es «gracias» a nosotros. No dejes a un lado tu culpa.
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