Por los canales de los sueños… “Mai morire”
Lo que puedo decir de la película dirigida por Enrique Rivero es que poesía hecha cine. Con una fotografía envidiable y filmada totalmente dentro de los confines de Xochimilco, este filme nos muestra la vida campirana de un pueblo donde el tiempo no pasa, en donde todo sigue igual que siempre.
“Aquí el tiempo pasa diferente”, dice Chayo, la personaje de Mai Morire.
Mai Morire nos expone las diversas facetas de la vida de una mujer – madre, esposa, hija – que habita en uno de los lugares más sencillos – pero a la vez, de los más complejos – de México.
Xochimilco – con sus canales, sus barrios y sus tradiciones ancestrales – se encuentra en los márgenes de una de las ciudades más cosmopolitas del mundo. Aún cuando es parte nominal de la Ciudad de México también se encuentra al margen de ella en muchos aspectos.
Chayo, la protagonista, nos revela que los problemas cotidianos de una mujer que vive – obligada por las circunstancias – en ese territorio. Y los problemas de ella son los problemas que afronta cualquier mujer en cualquier lugar.
¿Cómo se vive la muerte de un familiar cercano en tales circunstancias? ¿Cómo se logra armonizar la existencia dentro de un territorio atemporal mientras se está sumergido en los problemas inmediatos de la vida moderna? ¿Cómo se resuelve la infidelidad? ¿Cómo la pobreza? ¿Cómo la maternidad y la feminidad?
Mai Morire es un cuento de la vida de una mujer – de muchas mujeres – en México. Un bello filme documental con una lírica visual impecable que nos atrapa por sus paisajes y su complicada simplicidad.
No es una película comercial, ni de acción. No es una película simple ni fácil de ver. Pero nos presenta el desafío de ver buen cine – y hecho en México.
Así que, lector, lectora, ahí está la invitación. Si usted no conoce las tradiciones de los barrios de Xochimilco o si piensa que la vida en México es un carnaval, le recomiendo que busque esta semana en la cartelera, Mai Morire es una buena opción para ver cine inteligente.
Yo me quedé con unas ganas enormes de hacer un viaje onírico – como el de Chayo – por los canales de Xochimilco…
Mientras lo planeo, Veremos.
