Por: Emmanuel Echeverría
Te encuentras en el centro de un estadio, muy al estilo de los antiguos circos romanos. Podrías pensar que la fuerte luz que tienes sobre ti, sería suficiente como para dejarte ciego. Pero Chenet es diferente, ves a través de la luz, no gracias a la luz. Sabes que has vivido, sentido, olido, probado, cosas que en el mundo real jamás hubieras imaginado que existen.
El grupo de personas que se encuentran congregadas a tu alrededor parecen todas iguales. No es solamente esa vestimenta antigua y bicolor, pero son sus facciones, sus gestos, hasta la manera en la que se mueven y se conducen. Recuerdas una caricatura que viste cuando niño en la que un gato que atrapa a un ratón, se queda dormido y se encuentra en un juicio en la corte de los ratones. -¡Guilty, guilty! Gritan a coro ratoncitos vestidos con largas…
Ver la entrada original 1.413 palabras más

el placer del cambio.
Me gustaMe gusta