El sacerdote principal enciende el copal dentro de la vasija de barro. Humos sagrados se elevan hacia la copa de los árboles milenarios de la selva de Yucatán.
Uno de los acólitos sopla una y otra vez dentro del caracol y su canto resuena, en un llamado a los espíritus, para atraer la atención de los ayudantes de Chac, el dador de lluvia, en cada uno de los puntos cardinales.
Otro sacerdote comienza a rasgar el cuero del venado en un tambor de cuerda – pum, pum, pum – en un ritmo que incita a un vaivén involuntario.
Cuando el aroma de la vainilla y las hierbas inundan el ambiente, se empieza a escuchar el croar de las ranas, el canto de diversas aves, el aullido del mono y el rugido del jaguar. Todo va conjuntándose hasta crear una seria cacofonía de sonidos humanos – tambor, caracol, canto – y los sonidos de animales producidos por los acólitos del sacerdote.
El viejo comienza a golpear de manera solemne el piso de piedra caliza con un gran bastón, al mismo ritmo de los tambores. El báculo tiene en su parte superior los cuernos de un venado y las coloridas plumas de un quetzal. Lo hace una, dos, tres veces. Y de pronto, el sonido del trueno en el cielo.
Los golpes van espaciándose. El volumen de los tambores va disminuyendo hasta llegar a un silencio solamente roto por los sonidos de la selva.
Se vuelve a oír un trueno en la distancia. Y en menos de cinco minutos, la lluvia comienza a caer.
La ceremonia funcionó.
Fue impresionante, aunque el pronóstico del clima indicaba tormenta para la tarde.
* * * * * *
Texto original y fotografía: Rogelio Rivera Melo
Comparte este texto.
Y además ¿por qué no? Comparte este blog a través de tus redes sociales. Nos puedes encontrar en Twitter (@HERAGO101), en Facebook (Heroismo Agonizante 101), Tumblr (Heroísmo Agonizante 101) y hasta en Google+ (HeroísmoAgonizante101).
Ayúdame a cumplir el punto 5 de mi lista de las 100 cosas que tengo que hacer antes de morir . Nos encantaría lograrlo pero necesitamos tu ayuda. Si es de tu agrado lo que aquí se publica, compártelo. Ayúdame a morir feliz. Gracias mil.