Por Rogelio Rivera Melo.
Si me preguntan si los atletas mexicanos merecían ganar el oro, les puedo responder que ellos y ellas ya ganaron. Los que estamos acá, los «aficionados», somos los que perdimos. Demostramos que no merecemos a nuestros atletas.
¿Merecíamos el oro? No.
Es que queremos que nuestros atletas ganen medallas en las Olimpiadas, ¿no?
¿Queremos que nuestros atletas ganen Oro y Plata y Bronce? Es lo que los mexicanos merecemos. Pues no.
No voy a hablar de índices de obesidad. Ni tocaré el tema de deportistas per cápita en mi país. Pero puedo decir, como padre de hijos pequeños, que tenemos cuatro años para ayudar, ocho para producir y patrocinar, doce para competir, para ganar o perder.
¿Queremos medallas y premios? Apoyemos a nuestra niñez hoy. Para que en un par de justas olímpicas veamos el resultado de ese apoyo.
No basta con ver el fútbol los domingos con los niños en la sala.
Llevemos a nuestros niños, cuando aún son pequeños, a presenciar actividades deportivas. Apoyemos a nuestras niñas cuando nos pidan entrenar gimnasia o box o fútbol o lucha grecorromana. El futuro del deporte mexicano está en los niños que hoy tienen menos de cinco años. Si – y sólo si – los apoyamos, y no hablo de un aporte económico del gobierno o de una federación, sino de un verdadero interés por parte de los adultos en la competencia deportiva. Con todo lo que éste engloba. Ética, disciplina, interés y, pareciera obvio pero no lo es en este país, hacer ejercicio. Practicar un deporte.
Lo anterior es muy difícil. Porque, claro, todo parece complicadísimo cuando es más fácil quejarse cuando nuestros competidores no ganan. Decidirse a entrenar, patrocinar o motivar, jugar, ganar y perder es bastante más exigente.
Si no se ganó en este torneo, tenemos toda una vida para cambiar la mentalidad de un pueblo que se engolosina con la victoria de otros siempre, haciéndola suya aunque nunca fue partícipe, pero que es más hiriente que un borracho despechado cuando sucede una derrota de un atleta que dio lo mejor de sí.
Pero si empezamos hoy, ganaremos en el futuro. Aunque perdamos.
Los deportistas que compitieron en los Juegos Olímpicos ya ganaron. Los que perdimos – mucho y de muchas formas – fuimos nosotros.
Vean esto y me comentan qué piensan.
Veremos.