Por Rogelio Rivera Melo.
Este primero de marzo es tan importante en los Estados Unidos que se le conoce como «SúperMartes». Hoy, en varios estados y territorios de ese país, se realizan las elecciones primarias para que los partidos políticos elijan a su candidato presidencial.
Aunque Hillary Clinton sufrió una importante derrota ante Bernie Sanders en New Hampshire, se espera que esta noche repunte y se convierta en la candidata del partido demócrata.
En donde todos los analistas nacionales y extranjeros tienen puesta la atención es en la nominación del partido republicano… La pregunta real es si puede o no llegar a ser ese pedazo de calabaza, Don Donald Trump el elegido por los conservadores estadounidenses para que los represente en la campaña presidencial de este año.
¿Qué son las elecciones primarias?
El objetivo de las elecciones primarias en los E.U. es asignar cierto número de delegados pr estado a cada uno de los candidatos. Estos delegados serán quienes voten en las convenciones de los partidos, esos eventos masivos donde republicanos y demócratas eligen a un representante único para la última etapa de la carrera hacia la presidencia. Mientras más delegados tenga un candidato en las primarias, más votos obtendrá en la convención del partido.
El caso Trump.
El partido republicano cuenta con 2,472 delegaciones que se deben repartir entre los precandidatos a presidente. Hasta este momento, Trump ha ganado 82 delegaciones. Son pocas, pero son más que las que cualquier otro candidato ha obtenido. Se necesitan 1,237 delegados para obtener la mayoría y ser «El Candidato».
En el «SuperMartes», los republicanos se disputan 596 delegaciones en 11 estados, el mayor número de todas las votaciones primarias. Y aunque en Texas no son grandes admiradores del hombre de peluquín güero, el tejano Bush ya las dio y se retiró de la competencia. También agradeció a su mamá. ¿Qué harán los votantes de Texas? Es difícil que los ultraconservadores de la Estrella Solitaria voten por Ted Cruz o por Marco Rubio.
¿Será o no será?
Lo que los analistas políticos esperan es que Trump vuelva a obtener la mayoría esta noche, seguido de Rubio y luego de Cruz. Se predice un resultado de 173 delegaciones aseguradas para Trump. El resto estará repartido entre los candidatos que aún están en la contienda.
Así que es casi seguro que el vomitivo Donald salga vencedor esta noche. Pero sin la cantidad de delegados necesaria para ser el candidato oficial. Por lo que se deberá esperar a la renuncia de los precandidatos que no obtengan posibilidad de figurar en la contienda.
Esos votos sin representante -los que han apoyado a Carson, a Kasich, a Bush- son los que decidirán si esa porquería, con gran bocaza, de apellido Trump llega al final de la carrera por la presidencia, el 8 de noviembre de 2016.
Veremos.