Por Rogelio Rivera Melo.
El peor error que puede hacer un general que motiva a sus tropas es hacer la pregunta incorrecta.
La arenga del General
Una de las acciones que aprendí de mi primer jefe ha resultado ser una de las más útiles en mi vida profesional: antes de iniciar un proyecto, «El Gran Jefe» reunía a todos los gerentes de área para ofrecer – a grandes rasgos – un panorama general de lo que esperaba de cada una de las porciones. De pie frente a todo el personal, esbozaba el modo en que se iba a integrar el trabajo como un general frente a sus tropas y daba un pequeño discurso de motivación que, en un buen día, competiría en retórica con las arengas guerreras de Julio César en las Campañas Gálicas.
La ventaja que ofrece este método es delinear lo que cada uno tiene que hacer. En palabras del jefazo – y las cito de memoria: «Un empleado que sabe lo que hace y conoce porqué lo hace, está mucho más motivado que alguien que trabaja en la ignorancia. De este modo, la gente se sabe importante, porque lo es».
Con el interés mostrado y la participación comprobada del «Mero, Mero», todos nos esforzábamos siempre al máximo. No cabía la posibilidad de defraudar al proyecto, a nuestra empresa y a nuestro líder.
Dicen que lo que se aprende bien nunca será olvidado. Durante veinte años, cada vez que he sido director de proyectos (sean pequeños o enormes) he aplicado entre mis compañeros el mismo método de coordinación que utilizaba » El Gran Jefe».
Hoy dimos inicio a la fase operativa de un enorme proyecto de capacitación a largo plazo: la oportunidad de llevar educación bilingüe a una población de más de tres mil personas. Como en toda empresa de esa magnitud, la planificación inicial ha ido adecuándose a las diferentes situaciones que surgen de pronto: se solucionan los problemas que se presentan y se sigue con el plan.
Hoy, el día en que se inician las operaciones, me planté frente a mis orgullosas tropas tal como Eisenhower lo hizo antes del desembarco en Normandía. «Hasta ahora todo ha sido excelente», les digo. «Se han superado las expectativas. Pero viene la etapa en la que la interacción de los usuarios traerá nuevos retos. Habrá que ser rápidos y hallar soluciones a lo que surja. Ya tenemos una idea de lo que puede salir de control.» Todos asienten. En su mirada se refleja la determinación. «Sea lo que sea, no podemos sino ir paso a paso. Día a día. Un día a la vez…»
Una voz se eleva entre la multitud… «Así como dicen los alcohólicos…»
Los alcohólicos en tratamiento evitan el consumo de bebidas embriagantes un día a la vez. Ese es su manera de luchar contra el fantasma del alcohol y mantenerse sobrios por su pura voluntad. Un día a la vez.
«En efecto… Así como dicen los alcohólicos… ¿Alguien sabe cuál es su lema?», pregunté a la crema y nata de mis fuerzas.
Y así, frente a todos, cometí el peor error de un general que motiva a sus tropas: Hice la pregunta incorrecta.
Y esa pregunta errónea recibió la respuesta correcta. Una voz, allá al fondo, gritó: «Los alcohólicos siempre dicen ‘La última y nos vamos’…»
Estén seguros de que aún estoy analizando lo que se puede aprender de la lección.
Mientras tanto, veremos.
Yo también soy el que soy. 
Heroísmo Agonizante 101 (Sólo para principiantes) 