– «Te sorprendí una vez, Ender Wiggin. ¿Por qué no me destruiste inmediatamente? ¿Simplemente porque parecía pacífico? Me diste la espalda. Estúpido. No has aprendido nada. No has tenido nunca un maestro«.
– «He tenido demasiados profesores, ¿cómo iba a saber que usted resultaría ser un…?»
– «Un enemigo, Ender Wiggin» – susurró el viejo. «Soy tu enemigo, el primero que has tenido que es más listo que tú. No hay más maestro que el enemigo. Nadie sino el enemigo te dirá lo que va a hacer el enemigo. Nadie sino el enemigo te enseñará a destruir y conquistar. Sólo el enemigo te enseña tus puntos débiles. Sólo el enemigo te enseña sus puntos fuertes. Y las únicas reglas del juego son qué puedes hacerle y qué puedes impedir que él te haga. A partir de ahora soy tú enemigo. A partir de ahora soy tu maestro.«
Orson Scott Card, en el libro «El Juego de Ender».
