Por Rogelio Rivera Melo
Domingo por la mañana. Sólo íbamos a desayunar. Llegamos al centro de Tlalpan. El café quemado fue un mal inicio para la primera salida dominical de marzo. O así se veían las cosas a las once horas.
Pero todo lo malo no es eterno… Sonrisas de niños con juguete nuevo… Salió el sol… Sones de marimba en la plaza… y una invitación anónima «¿Porqué no vienen a la Feria de Adopción de Animalitos con capacidades diferentes?»
Dentro de mi resonaron las palabras de las últimas tres o cuatro conversaciones sobre el tema… «Esto ya lo habíamos hablado»… Nada de animales en casa, al menos por un tiempo…
Pero fuimos…
No creo que exista el azar en esto que se llama vida. En el parque, bajo una lona enorme, perros y gatos. Maltratados, abandonados, recogidos de las calles, con sillas especiales, con bozal. Muchos. Lanudos, enormes, pequeños, grandes, jóvenes, viejos.
Llegamos a un stand, «Albergue San Cristóbal» se leía. Y a un costado, dentro de un pequeño corral improvisado, había un ewok, una diva con abrigo rosa… Y ella… Con su pelaje blanco, pegadito y su melena larga… Guapa, radiante.
La pregunta obligada en esas circunstancias, «Y éste… ¿qué es lo que tiene?». Don Cristóbal, director del refugio, nos contestó… «Es hembra, se llama Sally. Es invidente».
¿Sería cruel decir que fue amor a primera vista?
Hoy, Sally vive con nosotros. Ya tiene su espacio, su cama, su cobija, su collar y su correa. Y una casa donde vivir con personas que la quieren.
Casi siempre termino mis escritos con un «Veremos». Pero creo que lo que Sally me enseñó es que ver no es lo único que podemos hacer…
Así que «Olfatearemos, escucharemos. Y lo principal… sentiremos». Igual que esa criatura especial. Nuestra Sally.
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En el Albergue San Cristóbal, se promueven la tenencia responsable de mascotas, campañas de esterilización, rescates y adopciones para perritos abandonados o en situacion de calle. Está ubicado en en la carretera Mex- Qro. Tiene más de 270 perros en el albergue en espera de dueños responsables.
Teléfono 0445529118150
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Fuí testigo del amor que tuvieron a primera vista con Sally. Que bueno que existan personas como ustedes que abrieron su corazón a esta peluda. un abrazo y muchas bendiciones para la nueva familia.
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