Mi nombre es Drake. Como el famoso pirata inglés.

Tocan a la puerta por la mañana. Es un niño en bicicleta con una bolsa en el hombro. Tiene unos 8 años y me indica es quien le ayuda a mi amiga Kathy a repartir fruta.
Abro la puerta y me hace entrega de las frutas y verduras. Platicamos un rato sobre sus labores y mientras le pago, le pregunto su nombre.
Me llamo Drake, contesta.
No puedo evitar una sonrisa que, afortunadamente, se esconde bajo el cubrebocas.
Le cuestiono sobre la razón de su nombre, aunque ya la sospecho.
«Cuando mi mamá estaba embarazada, le pidió opciones a mi hermana para escoger un nombre. Y como a ella en ese tiempo le gustaba un programa que se llamaba Drake y Josh, pues sugirió el primero. A mí madre le gustó y pues así me pusieron».
¿Y te gusta tu nombre?, le pregunto.
Baja la mirada. Y con voz bajita me dice «Pues… Pues así me llamo».
Entonces le pregunté si sabía quién fue Francis Drake.
«No».
«Fue un famoso corsario inglés. Y el segundo hombre en darle la vuelta al mundo. Un tipo importante. A veces era pirata pero también trabajaba directamente para el Rey de su país».
«Investiga en internet todo lo que hizo y verás porqué es un héroe para los marinos del mundo».
«Ahora, cuando te pregunten como te llamas ya tienes otra opción para darla como referencia. Me llamo Drake como el gran marino inglés».
Me sonrió con una de esas sonrisas sinceras que salen no solo por la boca, sino que se asoman por los ojos jóvenes cuando descubren algo nuevo.
«Luego le cuento que investigue sobre Drake, el inglés«, me dijo Drake, el yucateco, mientras subía a su bicicleta.
Esa misma tarde visité San Francisco, la ciudad amurallada, capital de Campeche. Estuvimos en el Fuerte de San Miguel con sus cañones que apuntan al puerto, también pasamos por los baluartes acorazados y nos fotografiamos en las puertas de acceso que atraviesan los altos muros que servían de protección.
¿Protección en contra de qué?
Sí, adivinó. De los piratas.

Y cual fue mi sorpresa cuando en la esquina de la calle 65 vi un hotel llamado Francis Drake.
Resulta que ese Drake atracó, literalmente, varias veces en ese puerto de la península de Yucatán.
Y si mi nuevo amigo yucateco, tocayo del inglés, menciona ese dato en su próxima visita, ya tengo dos o tres historias para contarle sobre su tocayo. Me gusta esa sobre su ataque a Riohacha, en Colombia, que, según un tal Gabriel García Márquez, motivó la unión de las familias Buendía e Iguarán.
Espero que el Drake de aquí me sorprenda con algún dato desconocido.
Veremos.