En el Ejército no quedó. La vida da segundas oportunidades. No lo olvide Usted. Y vamos a asegurarnos que no lo olvide el enemigo.
¡Atención!
Póngase a discreción y escúcheme, Soldado.
Quiero hablarle de lo que está pasando.
Ya no quiero verlo más con esos ojos tristes, la mirada baja y el corazón destrozado.
Cuando Usted, soldado, se puso el uniforme supo que tendría que vivir luchando. Aceptó que tendría que seguir órdenes aún cuando no fuera lo de Usted deseado.
Levante la mirada y escuche, Soldado.
Este es el Sacrificio del que ya le habían hablado: No es barrer y trapear la cuadra; no es izar ni arriar la Bandera; no es hacer guardia en la puerta. Es aguantar, a fuerza, los golpes bajos. Caer mil veces y levantarse mil una. Sin que nadie lo vea derrotado.
Así es el amor a la Patria. Así es el servicio armado.
Mantenga el corazón fuerte y el ánimo templado. Aún faltan cosas por hacer. Aún habrá que obedecer órdenes, incluso cuando estemos en desacuerdo con ellas.
Lo ocurrido en Sinaloa, en Guanajuato, en Guerrero, en Oaxaca, en todo México, desmoraliza hasta al más veterano. Pero no ha habido derrota. Ni deshonor.
Hay órdenes de arriba y las órdenes no se discuten. Se cumplen. Sin demora ni duda, ni expresión de descontento.
El Honor nos impulsa. La Lealtad nos sostiene. El Patriotismo nos da aliento – hasta el último aliento. El Valor nos permite enfrentar la adversidad más grande. Y la Abnegación nos lleva a cumplir el deber, a cualquier hora, en cualquier lugar y en cualquier situación.
El Ejército Mexicano jamás se rindió. Se obedeció una orden. La Fuerza se replegó aún cuando se demostró la Capacidad y el Honor y la Lealtad y el Patriotismo y el Valor de cada uno de sus elementos.
Ahí están los vídeos y las fotos y los testigos. El Ejército Mexicano es siempre Leal. Ese es el verdadero valor y la verdadera razón de su esencia: Lealtad a las Instituciones. Aunque las Instituciones no sean leales de vuelta. Lealtad al presidente, aunque el presidente no sea leal al Ejército.
En el Ejército no quedó.
La vida da segundas oportunidades. No lo olvide Usted. Y vamos a asegurarnos que no lo olvide el enemigo.
Así que, Soldado, levante la cara. Tome su fusil y prosiga con el adiestramiento. Vamos a preparar el contraataque.
Tenemos que seguir luchando. Por el Honor de México.