«El hombre que se conquista a sí mismo, conquistará el mundo«.
Zenón de Citio
Zenón de Citio, llegó a Atenas por ahí del año 300 A.C. habiendo naufragado en las costas cercanas a la ciudad. Estaba solo, sin dinero y sin apoyo en una tierra completamente extraña.
En su desesperación, Zenón hizo algo que todos los hombres inteligentes harían: entró en una librería y comenzó a estudiar los escritos de Sócrates. Poco después ya estaba debatiendo con los filósofos atenienses sobre una forma de vida – una filosofía – basada en la virtud, una característica que se alcanza a través del autodominio, la valentía y el carácter personal.
Zenón buscaba alcanzar la felicidad prescindiendo de las cosas materiales que distraen al ser humano de la sabiduría. Su escuela filosófica, el estoicismo, establece que el humano debe estar consciente de los hechos verdaderos y la fuente de su veracidad para comprender su papel en los acontecimientos del mundo y en el «logos» universal para alcanzar la libertad: la aceptación de la vida acorde con el destino propio, evitando las pasiones contrarias a la razón.
Las pasiones – esas circunstancias que nos desvían de la tranquilidad y la imperturbabilidad – deben ser dominadas por cada persona a través del control ejercido por la razón.
Según la escuela estoica, no hay bien, ni mal, todo es relativo, ya que cada situación que ocurre en nuestras vidas es parte de un proyecto universal, el logos.
El sabio ideal vive libre de pasiones, buscando integrarse a la razón, disminuyendo las preocupaciones de la vida mundana para alcanzar el equilibrio y la felicidad a través de la tranquilidad y la serenidad en relación con el alma, la razón y los sentimientos.
Creo que desarrollar una disciplina en la que podamos aprender a discernir esas cosas que podemos cambiar y las que no. Entender esas que podemos controlar y aquellas que no. Lo anterior tiene la finalidad de encontrar el punto de equilibrio entre lo que nos rodea y lo que surge de nosotros: un balance mental y corporal óptimo sin que importe el mundo exterior (Los estoicos le llaman a este estado Ataraxia)
En un momento en la historia en el que podemos empezar a sentirnos tan solos y desprotegidos como Zenón en Atenas, es un excelente punto de partida para iniciar un aprendizaje basado en la escuela del estoicismo. A partir de hoy lo vamos a necesitar. Créanme.
Veremos.
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Estoicismo para todos.
Fotografía y texto por Rogelio Rivera Melo.
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