Hidrógeno.1.

El hidrógeno es mudo y básico, pero es el primero de la lista.

Hidrógeno. El primer elemento de la tabla periódica. Incoloro, inodoro e insípido, dicen que es el más abundante en el universo. Lo cual es comprensible: lo insulso se desborda en cantidades colosales en todos los niveles del cosmos. Su átomo, con el símbolo H, consta de un núcleo de unidad de carga positiva y un solo electrón. El hidrógeno es mudo y básico, pero sigue siendo el primero. Tal vez sea que su esencia, silente y primitiva, le den la ventaja sobre los otros. Es la sustancia más inflamable que se conoce. No por nada es el número 1.

Somos como átomos de hidrógeno… somos muchos números uno. Nos gusta sentirnos el primer número de la lista. Buscamos sobresalir de entre los demás, pero nuestra naturaleza simple radica en lo anodino de la masa ingente.

Cada vez es más complicado encontrar un momento para uno mismo. Nuestro entorno está lleno de opiniones de miles, millones, trillones, como nosotros. El eco no nos deja poner atención. Ya se ha dicho todo, pero la realidad es que nadie estaba poniendo atención.  ¿Quién quiere escuchar a un sinfín de agentes que enarbolan una enorme «H» como insignia de guerra? Las voces están ahí, pero no dicen nada.

Y sin embargo la falta de voz no disminuye su poder. En los números hay señorío. Muchas unidades, ligeras en su ser, al incluirse en la sumatoria de las grandes potencias alcanzan la autoridad de una sola. Y vaya si pueden arder.

No importa no ser un peso pesado, las masas pueden moverse por que son el conjunto, la suma de los demás números. El poder radica en encontrar la amalgama perfecta para adherirse y no soltarse.

No hay átomo en el universo, por pequeño que sea, que tenga desperdicio.

Y ante la adversidad, arde. No dudes en incendiarte como el hidrógeno a temperaturas elevadas. Siempre habrá alguien que se adhiera a tu conflagración.

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Texto por Rogelio Rivera Melo.