La Retórica de lo Trivial CXXVIII Por Rogelio Rivera Melo
Tomas la cámara fotográfica (o el teléfono celular) con una mano, estiras el brazo, apuntas hacia tu «mejor» cara y haces una fotografía. ¡Listo! Tienes tu selfie.
Los editores de los diccionarios Oxford llevaron a cabo una investigación lingüistica (en inglés) para poder declarar cuál fue la palabra con más relevancia en 2013.
Los resultados arrojaron que la frecuencia con la que se utiliza la palabra selfie en el idioma inglés aumentó en un 17,000% desde esta fecha del año pasado”, con lo que Oxford justificó su elección.
La definición de Selfie (también puede escribirse «selfy») es: (Sust.) Fotografía que uno se toma de sí mismo, normalmente con un smartphone o cámara web y subida a una red social”.
Aunque uno pudiera pensar que la palabra del año es una palabra novedosa, las pesquisas realizadas por Oxford indican que el término fue inventado desde 2002, cuando un australiano que, al perder dos dientes después de una borrachera, «subió» la foto de sí mismo a un foro de chat diciendo que era «un selfie». Pero aunque esta historia sea solo una leyenda, no suena nada descabellado que el primer selfie moderno haya surgido de esa manera.
Lo que no es novedoso es la afición que tiene el ser humano a autorretratarse. En tiempos antiguos bastaba el uso de un espejo para que los artistas crearan una imagen de si mismos. Esos fueron los primeros «selfies», sin duda.
De hecho, el proceso psico-artístico de la mayoría de los humanos comienza con la percepción del yo y su inclusión en el entorno. Niños y niñas comienzan este proceso dibujándose a sí mismos. Algunos adultos jamás superarán esa etapa (no lo digo yo, sino algunos psicólogos especializados).
Pero el verdadero auge de la palabra, y del selfie en si, fue la inclusión de la tecnología y las redes sociales a la ecuación. Una cámara, una cara, un autorretrato y una plataforma social para que los demás admiren la imagen.
Todos tenemos al menos un selfie. Solos o acompañados, con una duckface o con una sonrisa, en un ángulo abierto para poder admirar el paisaje detrás o en un close-up para que los seguidores vean nuestras perfecciones (o imperfecciones), los selfies se han convertido en parte medular de la cultura actual. Guste o no. Y están aquí para quedarse.
Veremos.
Y ahora, con ustedes… ¡¡¡sus selfies!!!










